El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nos ha acostumbrado a declaraciones y posturas que van de lo serio a lo superficial: embarca al país en la cancelación del faraónico proyecto del aeropuerto en Texcoco, e igual usa su imagen y aparato de comunicación para anunciar que las Islas Marías dejarán de ser un centro penitenciario, sin que se conozca después si eso benefició a quienes eran internos ahí o si hay proyectos serios para los futuros estudiantes que visitarán las islas.En la misma línea, alude otra vez a la mafia del poder cuando le chiflan en la inauguración de un estadio de beisbol como si eso fuera novedad en un país que ha criticado a sus hombres en el poder durante generaciones, pero horas después viaja a una zona de vestigios arqueológicos para anunciar que exige al rey de España y al Papa de la Iglesia Católica que se disculpen por la Conquista ocurrida hace cinco siglos.¿En serio? Si algo maneja el Presidente López Obrador con habilidad consumada es la comunicación con las masas. Pocos políticos como él, en décadas, han conseguido un diálogo permanente con la población, sobre todo con los sectores más enfadados con la clase política. Pero hay límites para todo.El Presidente anuncia que espera respuesta del rey español y del Gobierno peninsular, igual que también espera una postura del Papa Francisco, para que hagan un recuento de daños y presenten una petición de perdón a los pueblos originarios de México. A nuestros indígenas.Es de suponer que el Papa Francisco responderá con algún texto breve y extremadamente diplomático, aunque no se sabe cuándo. El Gobierno español ya se adelantó y rechazó tajantemente ofrecer una disculpa por algo que ocurrió cuando el Estado español ni siquiera existía. Pero además, lamentan que el propio López Obrador haya dado a conocer el contenido de la carta que le envió al monarca y que se suponía, era privada.De acuerdo con la declaración que hizo pública en sus cuentas de redes sociales, el Presidente espera que el 2021 se convierta en “el año de la reconciliación”. Involucra al Gobierno español y a la iglesia católica porque la conquista se realizó “con la espada y la cruz”. Figuras bastante trilladas, parece.¿Cuál es el objetivo del Presidente? Los 11 millones de mexicanos de las diferentes etnias en el país no han manifestado una postura que comulgue con el reclamo. Seguramente se verían más beneficiados cuando haya políticas sociales que les permitan acceder a salud, seguridad, empleo y oportunidades económicas.Este gesto presidencial tiene cierto resabio a la ceremonia realizada para solicitar permiso a la Madre Naturaleza antes de iniciar los trabajos del proyecto Tren Maya; se trata de un gesto que seguramente despertará simpatías populares, pero tendrá un impacto casi nulo en la realidad cotidiana de los pueblos indígenas en México.