El día de hoy se espera que lleguen a Palacio Nacional diversos detractores del Tren Maya.Igualmente se espera que en los siguientes días haya contacto entre empresarios y autoridades para hablar sobre el tema del autoabasto eléctrico.Parecieran buenos signos en el polarizado ambiente político nacional… si no fuera porque esas negociaciones se ven prácticamente imposibles.A veces, en el gobierno entienden el diálogo como el hecho de que los demás escuchen y coincidan con lo planteado por el presidente de la República.Esta inclinación se refleja también en la campaña de denuncia contra los diputados que votaron en contra de la reforma constitucional en materia eléctrica.Se trata de una de las campañas de linchamiento más graves que se hayan lanzado en México y representa una amenaza para la integridad física de los legisladores.Sin embargo, el presidente López Obrador le da cuerda a los más radicales de su partido y muchos políticos y funcionarios le hacen segunda y justifican el linchamiento con los argumentos más absurdos que se puedan imaginar.Pareciera, hasta ahora, que el único sensato de la 4T, que ha llamado públicamente a detener ese ambiente ha sido el Senador Ricardo Monreal.Aunque estamos todavía muy lejos del proceso electoral de 2024, lo que ahora observamos es un adelanto de cómo puede ser el ambiente de la contienda política que viene.Estamos en una disyuntiva que puede marcar en buena medida el clima de los últimos dos años y medio de la actual administración.O bien, el presidente López Obrador percibe que se necesita realmente y no sólo cosméticamente un ambiente propicio al diálogo y a la búsqueda de negociación, o bien se lanza con todo para tratar de destruir a quienes considera sus adversarios políticos, arropado por radicales e incondicionales.La campaña contra los legisladores de la oposición no se trata de una lucha ideológica sino del intento de que, a través de la amenaza y del temor se logre deshacer la unidad que logró que la reforma constitucional en materia eléctrica no prosperara.Sin embargo, los legisladores no son el único objetivo de la denuncia del presidente y sus partidarios.Es relativamente sencillo que Morena extiende la campaña a otros ámbitos, en el que se incluyen integrantes de la sociedad civil, empresarios y comunicadores.No sé si el presidente de la República sea consciente del nivel al que está llevando una eventual confrontación, ni tampoco de las consecuencias económicas, políticas y financieras que este hecho pueda traer consigo.Un ambiente de enfrentamiento no se limita a la arena partidista. Genera desconfianza e incertidumbre en el ámbito económico y eventualmente también en el terreno financiero.La sociedad mexicana, a finales del siglo XX, enfrentó dos momentos en los que el encono social acabó traduciéndose en crisis financiera: en 1976, con Luis Echeverría y en 1982 con José López Portillo.La peor amenaza para el país es que repitamos un escenario así.Ojalá la cordura acabe imponiéndose sobre el odio y la ambición.
