Ayer, el presidente López Obrador corresponsabilizó al gobierno de Estados Unidos por la violencia entre delincuentes que desde hace 12 días se tiene en Sinaloa, al afirmar “claro que sí, por haber llevado a cabo este operativo… porque no es lo mismo cuando el Estado mexicano interviene” y que esté enterado -haciendo referencia a la detención o entrega de “El Mayo” Zambada y de Joaquín Guzmán López-. Y precisamente, cuando estamos a 10 días de que entregue la banda presidencial y deje Palacio Nacional, cuando va llegando la hora de hacer el balance final y cuando casi toda la ciudadanía coincide en que uno de los pendientes que deja su administración es la violencia y la inseguridad, vale la pena retroceder y recurrir a la historia de sus propias declaraciones para darnos cuenta que lo que en el pasado era malo y hoy -aparentemente- es tolerable o admisible para el presidente. Vamos retrocediendo a la noche del miércoles 6 de junio de 2012, cuando Andrés Manuel López Obrador, como candidato a la presidencia de la Coalición Movimiento Progresista -a 24 días de la elección- hablaba de los homicidios dolosos en la administración del entonces presidente Felipe Calderón. López Obrador estaba como entrevistado invitado en el programa “Tercer Grado” de Televisa y ahí estaba rodeado por el moderador Leopoldo Gómez y los periodistas Joaquín López Ortiga, Denise Maerker, Carlos Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva, Adela Mucha, Carlos Marín y Víctor Trujillo (quien no personificaba al payaso Brozo).En aquel entonces el tema de la entrevista era sobre su visión para combatir el “baño de sangre” que había en el país y en donde las estadísticas mostraban que al final del sexenio de Calderón serían más de 120 mil los asesinatos violentos -al final fueron 120, 463-. Y AMLO dijo, “Son personas que han perdido la vida y muchos desaparecidos. Es una situación trágica, dolorosa…”, y en ese momento Gómez Leyva lo interrumpe y lo cuestiona, “¿Imputables al presidente Calderón?”, y la respuesta es inmediata de parte de López Obrador, quien señala, “Hay una responsabilidad, si, porque él es el titular del Ejecutivo”. Entonces interviene Carlos Marín y pregunta, “¿pero él los mandó matar?”, a lo que el candidato a la presidencia responde con rapidez, “No. Es que son dos cosas -diferentes-. Una que él sea culpable y otra cosa que es responsable”.Y 10 años más tarde, el viernes 24 de junio de 2022, en su mañanera nuevamente hablando de las víctimas de la violencia y los números estratosféricos de las estadísticas de su primeros cuatro años, habló con “sus otros datos” y volvió a tomar como referencia al periodo del ex presidente Calderón. “Por más que digan, ‘¡Que barbaridad, cuanta violencia, hay más homicidios ahora que cuando Felipe Calderón!’. Nada más que eso es una verdad a medias y a veces las verdades a medias son mentiras completas”.Hoy que casi totalizamos 198 mil homicidios en el sexenio -hasta ayer 197 mil 717- y que en Sinaloa hay una guerra entre carteles que tiene semiparalizada una región del estado y que López Obrador atribuye a que todo es cuestión de “una propaganda, de mentiras, de sensacionalismos, de alarma para inducir miedo. Todo esto es promovido por nuestros adversarios -y publicado- por los periódicos vendidos y alquilados del conservadurismo”. Sin embargo, la realidad es otra, y por lo que corresponde al récord de muertes violentas, por sus propias palabras, él debe de reconocer su “responsabilidad”, porque hasta el día último de este mes él es “el titular del Ejecutivo”.¿Usted, qué opina?