“Nada perturbó tanto la vida de (José) Martí, como la anexión a Estados Unidos. Desde 1889 venía tomando conciencia de que ese era el mayor peligro para América Latina. Soñó siempre con la Patria Grande desde el río Bravo hasta la Patagonia. Por ella y por Cuba dio su vida”, dijo en alguna ocasión Fidel Castro. Y otro pensamiento sobre el apóstol revolucionario cubano expresado por Castro fue: “Martí era un pensador profundo y antiimperialista vertical. Nadie como él en su época conocía con tanta precisión las funestas consecuencias de los acuerdos monetarios que Estados Unidos trataba de imponer a los países latinoamericanos”.Jose Martí no fue solo un líder espiritual, fue un héroe que inspiró una revolución, fue el autor intelectual de esa revolución. Y así estaba grabado en la conciencia de los revolucionarios que el 26 de julio de 1953 -hace 69 años- encabezados por Fidel Castro asaltaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel Céspedes, en un intento por salir de la oposición del régimen del dictador Fulgencia Batista.Y ayer, en la fecha de ese aniversario, la figura de Jose Marti -poeta, político, ensayista, periodista, filósofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba- apareció en la mañanera a petición del presidente López Obrador, donde a ritmo de música tradicional de la isla caribeña celebró la fecha.Por varios minutos la figura del antiimperialista cubano permaneció en la pantalla gigante del salón Guillermo Prieto, donde todas las mañanas desde su púlpito el inquilino de Palacio determina la política a seguir, se dictan las normas, se dan las pautas de gobierno y se balbucea por casi dos horas.La celebración llega en un momento de mucha tensión en las relaciones de México y Estados Unidos, cuando estamos -entre otras muchas cosas- en el inicio de un proceso indagatorio -estadounidense y canadiense- sobre los incumplimientos de nuestro país en algunos artículos del tratado de Comercio (T-MEC) y cuando nuestro mandatario -también- musicalmente ha respondido con el ‘Uy, que miedo, mira cómo estoy temblando’.En nada ayuda este deliberado e insensible movimiento ‘táctico’, que por el contrario, se ve como un reto, como mensaje ‘subliminal’ que lleva destinatario a quien trabaja como ‘jefe’ de la Casa Blanca y a su administración.Se empiezan a sumar incidentes, declaraciones y provocaciones que pueden tener consecuencias que afecten seriamente la relación bilateral y nos exponemos a secuelas en las condiciones económicas del país como resultado a las sanciones a las que nos podríamos enfrentar. ¿Usted, qué opina? daniel.rodriguez@dbhub.net