Jalisco se consolidó como el Estado más anti obradorista del país, pero cuidado con las conclusiones apresuradas. Veamos. En la revocación de mandato, Jalisco registró la participación más baja de todo el país: votó apenas el 9% de la lista nominal. Las otras entidades con afluencia más baja de votantes fueron Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Nuevo León, todos gobernados por la oposición. Los estados con más participación se ubicaron en el Sur, con Tabasco y Chiapas que superaron el 30% de participación. A nivel nacional votó el 17%. Una lectura rápida explicaría el resultado en Jalisco por dos razones: uno, la falta de estructura y unidad de Morena en el Estado; dos, aquí gobierna el partido naranja. Sin embargo, si analizamos las cifras, vemos que más de medio millón de jaliscienses participaron en la revocación. De estos, 486 mil votaron a favor de la permanencia de AMLO (87.4%). Esto representa más sufragios que los conseguidos por el gobernador en la consulta sobre el Pacto Fiscal que alcanzó apenas 388 mil votos de adultos y su aplicación duró un mes. Enrique Alfaro declaró que no votó en la revocación porque no sintió que hubo «incentivos» (un argumento extraño, pues él prometió someterse a un ejercicio similar, pero incumplió ese compromiso). Entonces, ¿cuál es otra lectura? Sin un partido cohesionado, con liderazgos dispersos y pugnas internas, el Presidente cuenta con una base fiel de casi medio millón de votantes en Jalisco. Desde luego, obradorismo no es sinónimo de morenismo, pero habla del potencial de Morena si se organiza. La oposición no debería confiarse. López Obrador convocó a la tercera parte de los votantes que tuvo en 2018 cuando sacó 1.4 millones de sufragios. El mismo fenómeno ocurrió en los distritos que comprenden Guadalajara. En la elección presidencial se llevó 339 mil votos y en la revocación 106 mil tapatíos votaron por su continuidad. El voto duro de AMLO se localiza en el Sur del Estado y en tres municipios: Autlán de Navarro, Ciudad Guzmán y Puerto Vallarta, que le dieron la quinta parte de los votos en el Estado durante el ejercicio del domingo. Un dato más: el Presidente obtuvo casi los mismos votos favorables que Ricardo Anaya en Jalisco. En conclusión, la fuerza de AMLO y su popularidad se ven magnificadas ante la debilidad de una oposición que con el llamado a no votar perdió la oportunidad de aquilatar su verdadero peso. Por eso en Jalisco también ganó AMLO.