Hace 27 días -26 de agosto- el Papa Francisco recibió en el Vaticano a una delegación del ‘Premio è Giornalismo’ (Es Periodismo), quien le entregó el reconocimiento correspondiente a este año, bajo el argumento de su capacidad de comunicación y profundidad de su mensaje.En su mensaje de agradecimiento, el Papa dijo que “La esperanza es ésta: que hoy, en una época en la que todo el mundo parece comentarlo todo -se refería a las redes sociales-, incluso al margen de los hechos y a menudo incluso antes de informarse, redescubramos y volvamos a cultivar cada vez más el principio de realidad -la realidad es superior a la idea, siempre-, la realidad de los hechos, el dinamismo de los hechos; que nunca están inmóviles y siempre evolucionan, hacia el bien o hacia el mal, para no correr el riesgo de que la sociedad de la información se convierta en la sociedad de la desinformación”.En el mensaje, el Papa Francisco habló de que él denomina los cuatro pecados del periodismo, “la desinformación, cuando el periodismo no informa o informa mal; la calumnia (a veces se utiliza); la difamación, que es diferente de la calumnia pero destruye; y el cuarto es la coprofilia, es decir, el amor al escándalo, a la inmundicia, el escándalo vende”. Y luego agregaría, “Me preocupan, por ejemplo, las manipulaciones de quienes propagan interesadamente noticias falsas para dirigir la opinión pública”.No se por que, cuando le leía el artículo en el semanario Desde la Fe -publicación oficial de la Arquidiócesis Primada de México- y analizaba los pecados que podemos cometer los periodistas, mi mente ‘viajaba’ hasta Palacio Nacional y realizaba que la desinformación -con datos falsos frecuentemente se usan en las mañaneras-, la calumnia y la difamación -como muchas veces lo ha hecho el inquilino de Palacio en contra de algunos periodistas, solo por un mencionar un ejemplo- y la coprofilia, de difundir, datos falsos, mentiras y acusaciones para manipular a sus seguidores, me ‘retrataban’ la imagen de López Obrador.Si desde el punto de vista del Papa Francisco esas actitudes, peculiaridades y acciones son “pecados”, entonces esto quiere decir que para el Vaticano, López Obrador es un pecador.El Papa insistió en que “no nos ejemplos influir por el lenguaje del odio...acostumbrémonos a escuchar, a no cortarnos la cabeza por una palabra. Dejemos atrás la lógica de los eslóganes y las historias precocinadas. No, la realidad. Alguien dijo una vez: “La única verdad es la realidad”, Sí, la realidad. Todos nos beneficiaremos de ella y, estoy seguro, esto también è Giornalismo”.Cuánto contenido en el mensaje de no odiar, que aprendamos a escuchar y de entender que “la única verdad es la realidad”. Una realidad que no se ve desde Palacio Nacional.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net
