Cuando el informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS) revela que los niveles de violencia en México son comparables con los que se tienen en Ucrania, Franja de Gaza, Nigeria y Somalia, en donde además se destaca que nuestro país es el sexto más violento en el mundo y el primero en Latinoamérica, de parte del oficialismo se dice tener “otros datos” y que la tendencia es a la baja, mientras que la sociedad denuncia a gritos lo contrario. El mes pasado, Claudia Sheinbaum -de visita en Reynosa- dijo que es “falso” que estemos peor que en 2018, cuando inició la actual administración. “Hay una reducción -de violencia- del 25 por ciento en el país, y eso hay que reconocerlo”. ¡Eso es falso! Dijo además que “la violencia no es generalizada”, refiriéndose a la frontera, cuando la realidad es otra. La misma candidata se reunió el pasado 10 de abril con los integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en donde le pidieron actuar con más energía “ante el fracaso de las actuales estrategias” de seguridad. Y el 15 de abril, reunida con las cámaras empresariales nacionales y extranjeras le advirtieron a la candidata de “los frenos que representan la inseguridad” que tiene el país. “Ello demanda unir a la nación, por la seguridad. México se lo merece y la gente lo necesita”, dijo Alejandro Malagón Barragán, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). El 16 de abril, durante la mañanera, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, habló orgullosamente de que en los últimos meses hay “una reducción” de asesinatos violentos y que en el comparativo con el inicio de la administración hay una reducción del 21.4 por ciento. ¡También esto es falso! Dijo que en marzo hubo 2,486 victimas de asesinato, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica (SESNSP), un número similar al de los meses anteriores. Estos son “sus datos”, porque de acuerdo a la página del Gobierno de México, donde se publican las estadísticas de “Víctimas reportadas por delito de homicidio”, en marzo hubo 2,192 víctimas, comparado con 2,022 de febrero y 2,127 de enero. No hay una gran diferencia. Y si revisamos la misma estadística y vemos los asesinatos reportados en los últimos tres años, el promedio siempre supera las 2,000 víctimas mensuales, salvo febrero de 2022 con 1, 933 y febrero del 2023 con 1,987. Claudia y Rosa Icela, ¡a quién le quieren ver la cara!, hablando de reducciones de más del 20 por ciento en los homicidios violentos en México. Las estadísticas -sus propios números - les muestran una cruda y sangrienta realidad, además de quitarles la máscara para mostrarlos como irresponsables de una necesidad social o quizá hasta exhibirlos como cómplices.¿Usted, qué opina?
