Además del reto que significa que todos los reflectores apuntarán a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a partir de que hoy por la tarde muy probablemente el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordene la publicación del conocido “Plan B” de las reformas electorales con las que busca debilitar la capacidad y autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE), la primera ministra presidente del Poder Judicial de la Federación, Norma Lucía Piña Hernández, tendrá que atender al menos dos casos que pudieran enrarecer el ambiente y acrecentar las presiones que vendrán para ella y sus 10 compañeras y compañeros ministros por el debate de la inconstitucionalidad o no de los cambios al órgano electoral propuestos por el titular del Poder Ejecutivo.Sin duda la papa más caliente es el asunto de la ministra incómoda, Yasmín Esquivel Mossa, cuyos señalamientos de plagios cada día manchan más la imagen de la Corte y de las Universidades que le expidieron títulos pese a no ser la autora de las tesis que debía presentar para que se los dieran. Primero fue el caso de la UNAM, a fines del año pasado, en su tesis de licenciatura. Y el escándalo creció hace unos días que una investigación del periódico español El País descubrió que también se fusiló la tesis que presentó en el 2009 con la que obtuvo el grado de doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac. Además de que el caso exhibió la tibieza casi cómplice de esta universidad privada, que superó con creces a la de la UNAM, que al menos sí concluyó que había plagiado la tesis de licenciatura, y que causó el repudio de esa comunidad académica a sus directivos, más de 170 académicos mexicanos y extranjeros exigieron en un desplegado público su renuncia de la Corte.Ante este tsunami de críticas y de quejas que han llegado a la SCJN, sólo se ha iniciado un procedimiento para definir cómo procederán para tramitar esas denuncias contra la ministra, quien ha faltado lunes y martes a las sesiones y llegó a ese puesto en el 2019 propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en mucho, por tratarse de la esposa de José María Riobóo, constructor favorito de la 4T desde sus antecedentes perredistas en la CDMX.Otro asunto que sería bueno que la ministra transparentara para disipar suspicacias y para deslindar responsabilidades que diluyan los enésimos señalamientos de corruptelas del Presidente contra la Corte, es el del descongelamiento de las cuentas bancarias de la esposa de Genaro García Luna, Linda Cristina Pereyra, justo el día que declararon culpable en Nueva York al ex secretario de Seguridad, en el sexenio de Felipe Calderón. El amparo lo otorgó el Décimo Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la CDMX, que desactivó el congelamiento que hizo de sus recursos la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en diciembre de 2019, tema del que nada han respondido de la Corte ante los reclamos desde la mañanera.Ambos casos, junto con el “Plan B” pondrán a prueba el buen arranque de la ministra presidente al frente de la Corte.jbarrera4r@gmail.com