En México, la apatía hacia los temas públicos, especialmente en lo que se refiere a las finanzas públicas y a cómo gastan los recursos que tiene el gobierno, es preocupante. La mayoría de la población prefiere mantenerse al margen de estos asuntos, confiando ciegamente en la estabilidad económica y la baja inflación como garantías de bienestar durarán para siempre. Sin embargo, ¿hasta qué punto este desinterés puede ser peligroso para el futuro del país?El gobierno hace propaganda afirmando que es el “más austero”, pero emprende proyectos en los que desperdicia dinero de forma escandalosa. Y más allá de un par de notas en la prensa, realmente a nadie le importa.El reciente anuncio del presidente López Obrador sobre un aumento en las pensiones es un ejemplo reciente. A simple vista, la idea de jubilarse con más dinero es recibida con entusiasmo por la población, que no duda en celebrar la medida. Sin embargo, basta con darle un vistazo al estado de las finanzas públicas para comprender que es insostenible esta propuesta. ¿Por qué a la mayoría de las personas no les interesa el tema?Creo que porque la mayoría de la población asume como normal la estabilidad económica. La percepción de que la economía está bajo control y que la inflación se mantiene baja ha llevado a una actitud pasiva ante los asuntos financieros del país. No se ven reflejados en países en crisis como Argentina.Se ha gestado una especie de "comodidad ignorante", en la que la población prefiere no profundizar en los detalles que podrían poner en riesgo su sensación de bienestar.Sin embargo, este desinterés tiene consecuencias. Al no involucrarse en la discusión y el escrutinio del manejo del dinero público, los ciudadanos permiten que se tomen decisiones sin considerar su viabilidad a largo plazo. El aumento en las pensiones puede ser aplaudido en el corto plazo, pero si no se acompaña de políticas fiscales responsables, podría desencadenar problemas financieros mayores en el futuro.La estabilidad económica actual no debe ser motivo de complacencia, sino de vigilancia y participación activa. Es responsabilidad de cada ciudadano informarse y exigir transparencia y responsabilidad en el manejo del dinero público.Segundo ejemplo: el presidente propone la desaparición del INAI, el instituto que garantiza que todos los mexicanos podamos tener acceso a la información pública y a nadie le importa. No hay protestas. Nadie que levante la voz por esos organizamos claves para nuestro desarrollo.El futuro económico de México no puede confiarse a las promesas de quienes están en el poder. La participación ciudadana es esencial para garantizar que las decisiones gubernamentales reflejen verdaderamente los intereses y necesidades del país.No solo de las presentes generaciones que desean recibir más dinero en sus pensiones, sino de las generaciones futuras que tendrán que resolver cómo pagar todo lo que nos gastemos hoy.Finalmente este desinterés hacia los temas públicos representa el riesgo que un día despertemos y descubramos que todo lo que creíamos que duraría para siempre, ya no es así. ¿Quiere empezar a cambiar esto? Entonces vaya preparándose para votar este domingo 2 de junio.
