La marcha del domingo no debe ser un desfile de egos ni banderas partidistas. Es un grito. Un llamado desde la izquierda, la derecha y el centro. Es una exigencia de demócratas.Es momento de llenar las plazas para defender lo que es real. Es momento de protestar en las calles. Es momento de levantar la voz por el Instituto Nacional Electoral.Porque no se trata de una nueva ficción ni de una fantasía. Se trata de defender la historia, la realidad que le permitió a la izquierda alcanzar el poder de la Ciudad de México, la misma realidad que permitió la alternancia en el año 2000. La realidad que nos acostumbró a que un gobierno podía ser vencido en las urnas y que construyó el ambiente democrático para que Morena llegara al poder.Es la realidad lo que debemos defender.Porque llegará el momento en que caiga el telón de este sexenio y las mentiras se refugien en el silencio del olvido, pero las deudas de quienes embistieron en contra de la democracia quedarán marcadas en su pecho.Porque el INE es el órgano autónomo que nos garantiza hablar de oposiciones, de representación de minorías, de esperanzas de cambio, de búsqueda de un piso parejo, de certezas en el camino y la sana incertidumbre del desenlace democrático.Es el INE el banco donde hemos depositado nuestra voz. El espacio donde todos y todas contamos. Es la representación de nuestra confianza y el acervo plural donde recae nuestra democracia.Por eso no hablo de ideales por conquistar, porque son territorios ya ganados por mujeres y hombres comprometidos con las reglas del juego.Porque a pesar de ser perfectible, la alternancia no es una promesa, es una realidad. Las elecciones limpias no son una utopía, son actas registradas y contabilizadas.Aquí no se venden promesas. Aquí se grita en defensa de las batallas ganadas. Aquí se canta con la garganta raspada por los años de lucha. Aquí se exige porque nuestra voz no sea callada. Aquí se defiende la democracia.Porque en un gobierno de mentiras, el INE es una verdad.