I La Champions League que ganó Liverpool en 2005 se empezó a gestar el 8 de diciembre del año anterior. Los Reds luchaban por pasar la Fase de Grupos y necesitaban una victoria en casa contra el Olympiakos de Grecia. Sin embargo, el partido se puso cuesta arriba cuando el brasileño Rivaldo marcó de tiro libre el 0-1. Durante la segunda mitad, dos jóvenes prometedores que se convirtieron en estrellas fugaces (Florent Sinama-Pongolle y Neil Mellor) le dieron la vuelta al marcador. Pero aún no era suficiente, ya que el criterio de desempate en puntos eran los goles de visitante, y Liverpool necesitaba ganar por dos anotaciones tras su derrota en Atenas por la mínima diferencia. Y la anotación llegó a falta de cuatro minutos para el final del juego. Steven Gerrard, el nuevo hijo predilecto de Anfield, el capitán rojo, sacó un gran remate de larga distancia para que el club inglés clasificara a Octavos de Final. II Terminada la primera mitad en el Estadio Olímpico de Ataturk, en Estambul, Turquía, AC Milan demostraba en el terreno de juego la superioridad previa que le otorgaban los expertos antes de jugar la Final de la UEFA Champions League 2004-2005. Una pelota parada aprovechada por Paolo Maldini y dos contragolpes culminados por el argentino Hernán Crespo, dibujaban un navegar apacible para el intimidante barco rossonero, capaz de juntar en el mismo césped a figuras tanto defensivas como ofensivas como Cafú, Andrea Pirlo, Clarence Seedorf, Kaká o Andriy Shevchenko. Liverpool había llegado a la Final tras un torneo irregular en la Premier League, acabando el curso en quinto lugar con 58 puntos y 14 derrotas en 38 partidos. Habían perdido el cuarto puesto (último con acceso a la Champions) contra su rival de ciudad, el Everton. En tanto, el AC Milan había perdido la Serie A ganada un año antes tras una lucha codo a codo con la Juventus, previo a que supiéramos, un año después, del Moggigate y toda la trama de corrupción en la que estaban inmiscuidos ambos clubes. Los italianos habían ganado su última “Orejona” en 2003 con el penal decisivo de Shevchenko ante la Juve en Old Trafford. Los ingleses se tenían que remontar hasta 1984 para encontrar su última conquista en el trofeo continental de máximo nivel. IIIAunque existen diversas versiones sobre lo que sucedió en el descanso previo a la segunda mitad de aquella Final, sus protagonistas coinciden en la inspiración que brindó la afición del Liverpool pese al pesado marcador en contra. Aunque hay otras hinchadas que también han cantado la canción, se ha asociado “You’ll never walk alone” (”Nunca caminarás sólo”) en el imaginario popular del balompié con la afición red, la cual adoptó sus letras desde la década de 1960. Y en seis minutos de inspiración, Liverpool tocó el cielo con las manos. Gerrard marcó el primero de un cabezazo, el checo Vladimir Smicer metió el segundo de un disparo raso y fuerte, y el empate llegó tras un penalti que desvió Dida, pero no lo suficiente para evitar el contrarremate de Xabi Alonso. Fueron seis minutos donde el final de la historia se escribió a favor del cuadro de Rafa Benítez. Sólo así se explica aquella increíble falla de Shevchenko en los tiempos extra, estrellando el balón en el cuerpo de un vencido guardameta polaco Jerzy Dudek cuando tenía metros de red enfrente de él. Finalmente, el club de Anfield conquistó la Champions en tanda de penales desafiando las convenciones y añadiendo una leyenda más a su extensa historia: “El Milagro de Estambul” del 27 de mayo de 2005, que 15 años después sigue generando un recuerdo grato (excepto para los seguidores del AC Milan) en los aficionados al futbol mundial.