Jueves, 23 de Enero 2025

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8 meses de sueño presidencial

Por: Jaime Barrera

8 meses de sueño presidencial

8 meses de sueño presidencial

Aunque no sea por presumir, el tono triunfal de la spotiza que el gobierno de la 4T nos recetó frenéticamente esta semana por el primer informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que rendirá este domingo primero de septiembre ante el Poder Legislativo, nos da pistas claras de que su mensaje en Palacio Nacional tendrá de todo menos autocrítica.

Será su crónica de los 8 meses de sueño presidencial que ha vivido del 1 de diciembre a la fecha, y que empezó a ejercer en la práctica desde el 1 de julio de 2018 que ganó de forma abrumadora las elecciones, y que empezó a marcar la agenda del País borrando de la escena pública al entonces presidente saliente, Enrique Peña Nieto.

De esa fecha a antes de tomar posesión formal del cargo, tomó y anunció decisiones como la reducción de los sueldos; nombró a los súper delegados; la descentralización de las Secretarías que no ha sido, y la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México a través de una consulta sin el mínimo rigor metodológico, entre otras muchas acciones.

No por nada fue el 1 de julio pasado, cuando desde el Zócalo capitalino hizo un primer recuento de sus logros y un “bailongo” para conmemorar el primer año su triunfo electoral.

En sus ocho meses de gobierno, el nuevo aeropuerto de Santa Lucía no termina de arrancar, ni la refinería Dos Bocas, ni el Tren Maya que son sus obras insignia.

Lo que sí echó a andar fue la entrega de apoyos a los adultos mayores y las becas para los ninis. No le importaron las críticas por el cierre del programa de las guarderías, ni a sus encuestas a mano alzada, para cancelar obras en los estados. Despreció a los organismos constitucionales autónomos como la CRE, el Inegi, el Coneval y la CNDH, pero aguantó estoico todas las provocaciones de su homólogo estadounidense Donald Trump.

Con todo y esto, el discurso que dará el domingo a las 11:00 horas antes de que a las 17:00 horas la secretaria de gobernación, Olga Sánchez, lleve el informe por escrito a la Cámara de Diputados, no será muy distinto al que escuchamos el lunes primero de julio.

Lo que habrá que ver es si llega o no con un as bajo la manga o un nuevo símbolo que saque de la chistera, que incorpore algún elemento nuevo en su narrativa que marca todos los días con su larga conferencia mañanera, que convirtió en su principal pilar y eje de gobierno.

Seguramente volverá a retomar su lista de 100 compromisos que hizo el 1 de diciembre y fustigará la herencia de los gobiernos neoliberales, con la que polariza todos los días.

Pero al igual que el primero de julio pasado, López Obrador podrá presumir la austeridad de su gobierno y la entrega inédita de los apoyos directos que le da a los más pobres del País y que mantienen en todo lo lato su popularidad, pero muy poco tendrá que decir del crecimiento económico incumplido y, sobre todo, de la escalada de violencia e inseguridad que no sólo no ha resuelto como prometió, sino que se ha agravado como nunca. Veremos.

jbarrera4r@gmail.com

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