En enero de 2019 el gobierno de Estados Unidos puso en vigor un programa para impedir que solicitantes de asilo permanecieran en su territorio y los obligó a vivir en el lado mexicano de la frontera común. Así permanecen en México decenas de miles de personas que solicitaron asilo en Estados Unidos en espera de que sus caos sean resueltos.Están en condiciones de precariedad y muchos a merced de la delincuencia. Viven en zonas marginadas de ciudades como Tijuana, Juárez, Nogales, Nuevo Laredo y otras más. El gobierno de Joe Biden desde el inicio de la gestión suspendió la política Remain in Mexico, formalmente conocida como Protocolos de Protección de Migrantes (MPP). Sin embargo, una serie de juicios en los tribunales Estadounidenses ha obligado a la administración a anunciar su restablecimiento en tanto se resuelven.Dado que el número de personas en esas condiciones crece de forma sostenida, el problema puede convertirse en una crisis que reclamaría asistencia básica potencialmente a más cien mil personas de este lado de la frontera. La situación es complicada dado que los procesos suelen durar años, en los que normalmente las personas vivían dentro de los Estados Unidos en hogares de familiares o anfitriones.Ahora muchos de ellos viven en albergues en condiciones precarias. El Gobierno de México ha exigido que los procesos se resuelvan en periodos no mayores a seis meses y que los solicitantes gocen de suficiente asesoría legal. Sin embrago, los procesos judiciales han dificultado la operación de las medidas. Al grado que, se espera que el programa que los obliga a permanecer en México sea restablecido en noviembre, conforme a reportes de prensa publicados la semana anterior.Desde el principio, los defensores de los derechos de los migrantes en ambos lados de la frontera criticaron el programa porque ponía a los migrantes altamente vulnerables, en su mayoría de América Central y del Sur, en grave riesgo de daño físico y enfermedad mientras esperaban en algunas de las ciudades más peligrosas del mundo. Sin considerar las verdaderas razones que obligan a los migrantes a dirigirse hacia la frontera entre México y Estados Unidos, ni los enormes retrasos en los tribunales de inmigración estadounidenses.Según la información disponible, la aplicación de estas medidas significará que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) disponga de 14.1 millones de dólares para reabrir salas de audiencia temporales situadas en tiendas de campaña en Laredo y Brownsville, cuyo funcionamiento costará 10.5 millones de dólares al mes, según un expediente judicial citado por la prensa. Además se ha anunciado que el gobiernoEstadounidense pondrá a disposición de México más de diez millones de dólares para asistir a los migrantes. Y aunque el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, se pronunció desde junio dado en contra del programa, las acciones judiciales han obligado a reconsiderar la medida. Esto significa un duro golpe a la imagen política de Biden y constituye un punto que fortalece la política antiinmigrante propuesta por muchos republicanos, en medio de la creciente agitación electoral de cara a la votación del año próximo para renovar las Cámaras de nuestros vecinos.Las condiciones precarias en que viven estas personas no deben pasar desapercibidas. La organización Human Rights Watch, reportó a inicios de año las amenazas a estas familias, incluidos menores que describieron abusos, secuestros, robos y extorsiones.Esta situación es una muestra de cómo solamente con una participación binacional constructiva y abierta pueden atender problemas que amenaza en convertirse en crisis humanitarias. Además para México implica el reto de mantener condiciones de trato digno también en la frontera sur donde también se reporta un crecimiento en el número de personas detenidas, deportadas y de aquellas que viven condiciones precarias en busca de un destino. La migración es un hecho social de la mayor relevancia para México y la sociedad debe ser sensible, abierta y solidaria, dejando ver el problema como una cuestión ajena a nuestra vida ordinaria, porque México es, por definición, un país de migrantes.luisernestosalomon@gmail.com