Quedan solamente 13 días de campañas electorales. Se trata de menos de dos semanas.Por esa razón, se percibe que diversos políticos de la 4T están al borde de la desesperación.Hace apenas tres o cuatro meses, Morena y sus aliados tenían la perspectiva de ratificar su mayoría calificada en la Cámara de Diputados.Hoy, en el mejor de los casos, aspiran a conseguir la mayoría absoluta.Los nuevos partidos, como el PES o Redes Sociales Progresistas, a los cuales les apuntaban para sumar sus legisladores a los de Morena, el PT y el Verde, no se ven ni con capacidad de obtener su registro. Y además, ya pintaron su raya frente a Morena.En el caso de los gobiernos estatales, al comenzar el año se preveía que Morena pudiera ganar entre 10 y 12 gubernaturas de las 15 en juego.En este momento, sólo tienen posibilidades claras de triunfo en seis. En otras tres hay competencia cerrada y la oposición parece tener posibilidades altas de ganar en seis entidades.Cuando se observa este panorama, se entiende el enojo que ha mostrado el presidente de la República.Se han conjugado diversas circunstancias para crear este balance desfavorable para la 4T, desde malos candidatos y candidatas, decisiones de política pública equivocadas, hasta tragedias como la de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México.Pese a todo, Morena tiene asegurada su posición como la fuerza política número uno del país. Nadie le reta respecto a ello.El problema es que para darle continuidad al proyecto del presidente López Obrador, se requiere realizar reformas constitucionales que no se van a concretar si los resultados son los que describimos.No se podría reformar el INE, ni eliminar los órganos autónomos, ni hacer cambios constitucionales para modificar las reglas en energía, entre diversos candados que permanecerían. Ser la fuerza política número uno del país no es suficiente. Morena tiene que ir más allá.Pero Morena y el presidente López Obrador no se han rendido. La ofensiva en contra del gobernador de Tamaulipas, Cabeza de Vaca, es un ejemplo de los recursos de última hora de los que se quiere echar mano.A pesar de que estamos ya en la recta final del proceso electoral, la 4T debe tener todavía un arsenal de acciones para tratar de cambiar la intención de voto de los electores a su favor. En estos 13 días que restan seguramente tendremos más de una sorpresa. Lo que se juega es mucho y la apuesta es conseguir por lo menos más del 50 por ciento de los legisladores.Más aún, si esto ya no se lograra, tenga la certeza de que a partir del 7 de junio habrá toda una serie de acciones para tratar de echar para abajo algunos resultados que les sean inconvenientes.Pocas veces en la historia de los procesos electorales nos hemos acercado a la fecha de los comicios en un ambiente tan polarizado y con tantas amenazas.
