En el calendario de fechas importantes de la historia, el 12 de octubre tiene un lugar especial. Ese día, del año 1492, cuando Rodrigo de Triana avistó por primera vez el perfil de las tierras imaginadas por Cristóbal Colón, se inició una nueva época.El descubrimiento de América acarreó una enorme cantidad de consecuencias políticas, económicas y sociales para los habitantes del planeta Tierra. Las arcas de España, exiguas por las guerras, se volvieron a llenar, su territorio se amplió hasta límites jamás imaginados y recuperó su centralidad política y económica en el mundo occidental.El Vaticano pudo difundir la doctrina de Cristo en el nuevo continente. Por primera vez, el concepto de “imperio” adquirió un sentido global: “En mi reino jamás se oculta el sol”, podía decir Carlos V. Sin embargo, el efecto más importante fue el nacimiento de una nueva raza, la nuestra, producto del sincretismo que fusiona dos culturas: la latina –con sus raíces griegas, romanas y árabes–, y las nativas del nuevo continente.En nuestra cultura regional, el 12 de octubre es relevante por tres celebraciones, una nacional, el Día de la Raza, y dos locales: la “llevada” de la virgen de Zapopan de regreso a su santuario después de su peregrinaje –ritualidad que se lleva a cabo cada año para invocar el favor de la divinidad–, y, fundamental para los jaliscienses, la fundación de la Universidad de Guadalajara, cuya fecha para el inicio de sus actividades se planeó precisamente para este día, pensando en la educación como el crisol en el que se fundirían las ideas y el esfuerzo de los tapatíos para construir el futuro de las nuevas generaciones. “Piensa y Trabaja” ha sido, desde entonces, la frase rectora de nuestra máxima casa de estudios.¿Por qué nacionalmente ha perdido importancia el Día de la Raza? ¿Por qué el mestizaje es hoy desestimado y, lejos de exaltarlo, se promueven desencuentros entre quienes somos parte de una sola nación? ¿Por qué en las escuelas han dejado de realizarse festivales para recordar nuestro origen? ¿Por qué la colosal hazaña de Cristóbal Colón es prácticamente ignorada? ¿Por qué la negación del mérito y el reconocimiento a quienes han sido actores importantes en la construcción de México? ¿Serán ignorantes las autoridades políticas y educativas? Preguntas, muchas preguntas sin respuestas.La Romería, acompañamiento de la virgen, convoca a cientos de miles de mexicanos de todos los rincones del país y del extranjero. Esta procesión, que va de lo espiritual a lo frívolo, es manifestación de nuestra forma de ser y de entender una realidad que transita de lo mágico a lo mundano, de lo sublime a lo grotesco, de lo divino a lo humano; es una expresión del sincretismo religioso, espacio compartido, democracia real, ricos y pobres, ignorantes e ilustrados, hombres, mujeres, viejos, jóvenes y niños caminando juntos, sin exclusión, sin miradas torvas, sin agravios ni rencores: pueblo unido en la tradición del pasado y en la esperanza del porvenir. Eugenio Ruiz Orozcoeugeruo@hotmail.com
