El lunes, México rebasó la ominosa cifra de 100 mil personas desaparecidas. Es una tragedia humanitaria de enormes proporciones que no es reconocida y asumida como tal por el actual gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador. El tamaño de esta epidemia de desapariciones en México no tiene comparación con ningún país del mundo, excepto en los grandes conflictos bélicos de siglos pasados. En otras columnas he intentado poner de contexto lo que ocurre en México, comparado con otras crisis humanitarias ocurridas en América Latina. La guerra civil en Colombia que duró cinco décadas produjo cerca de 80 mil desaparecidos, la dictadura militar en Argentina produjo cerca de 30 mil desaparecidos y tres mil desaparecidos la dictadura de Augusto Pinochet en Chile en 1973. México ya rebasó todas esas cifras y excepto países que viven procesos violentos extremos con guerra civil e invasiones externas, como Siria, tienen más desaparecidos que México. La crisis es mayor, pues como siempre recuerdan los colectivos de familiares que buscan a sus desaparecidos, siempre hay una cifra negra, pues por temor o amenazas, muchas familias no denuncian la ausencia de un ser querido. En total se han presentado 245 mil 653 denuncias por personas desaparecidas desde 1964 hasta la actualidad, de acuerdo al sitio Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. De estas, 145 mil 554 personas que corresponden al 59.25 por ciento del total, han sido localizadas, en tanto 100 mil 099 siguen desaparecidas. Es decir, si se desaparece, 40 por ciento tiene el riesgo de no ser encontrado.De las personas localizadas, 135 mil 638 fueron encontradas con vida, pero lamentablemente nueve mil 916 se encontraron sin vida, que significa casi 7 por ciento del total de personas localizadas.La desaparición es un tragedia que golpea en primer lugar a la familia del ausente. Cada número de estos 100 mil desaparecidos en México es una historia de una vida truncada de un momento a otro. Un cuarto que queda intacto, un banco no ocupado en la escuela, un lugar en el trabajo. El dolor de las desapariciones se multiplica por cada vínculo familiar o de amistad que deja interrumpido el desaparecido. Es el dolor de la madre, de la esposa, del padre, de los hijos, de la novia que ya no tocará ni abrazará al ausente. Es un vecino que ya no está en el barrio. Con todo lo complejo y masivo que implican estas 100 mil desapariciones, las cifras dejan un patrón o tendencias que en conjunto permiten hacernos una radiografía de este desastre humanitario que ahora vive México. Quinto Elemento Lab y el portal A dónde van los desaparecidos, presentaron ayer el reportaje “100 mil desapariciones: claves para desentrañar esta tragedia” (https://bit.ly/3wnAOdj). En este nos indican que de cada 100 personas desaparecidas, 75 son hombres y 25 son mujeres; de cada 100 desaparecidos, 17 son menores de edad; y de éstos, cuatro aún no han cumplido 12 años. Si bien el RNPDNL alberga datos de personas desaparecidas desde 1964, la crisis se desató a partir de 2006, cuando Felipe Calderón declaró la guerra contra el narcotráfico. De entonces a mayo de 2022, las cifras de personas desaparecidas se incrementaron 4,086 por ciento. Desde diciembre de 2006, cada día desaparecen 15 personas en México, pero la intensidad ha empeorado. Con Felipe Calderón desaparecían ocho personas por día, con Enrique Peña Nieto fueron 16 por día, y en lo que va del sexenio de López Obrador se desaparecen 25 por día. Si bien las desapariciones se extienden en 63 por ciento de los municipios del país, hay regiones y se concentra en cinco estados: Jalisco con 14 mil 952 casos, Tamaulipas con 11 con 972, Estado de México con 11 mil 039, Nuevo León con seis mil 222 y Sinaloa con cinco mil 472 que representan prácticamente 50 por ciento del total de casos. Jalisco destaca, lamentablemente, en el panorama nacional e internacional: tiene más de la mitad de los desaparecidos que dejó la dictadura argentina y cinco veces más que los que dejó el golpe militar en Chile. 100 mil desaparecidos representan millones de tragedias en el país. Urge parar esta barbarie.