Se dirá, por ser la cuarta vez que los nombres de Cruz Azul y América aparecen en la marquesina de la final, que, como cuando presentan una película del Agente 007 o de Cantinflas en la tele, “Ya la vimos”. O como en las sagas cinematográficas de Aeropuerto o Tiburón -y hasta El Santo contra las Momias de Guanajuato-, la cartelera debería puntualizar que la serie que hoy arranca es, para ser exactos, América-Cruz Azul… IV.*Que se trate de la más repetitiva serie decisiva por el campeonato, confirma que los dos equipos capitalinos, al igual que sus pares de Monterrey (la acotación, odiosa y todo, es inevitable: “y a diferencia de los de Guadalajara…”), han encontrado y puesto en práctica fórmulas que les permiten llegar con frecuencia hasta las instancias supremas en las competencias domésticas.La receta parece simple: invertir dinero en la contratación de jugadores de nivel sobresaliente para el medio, y poner el material humano de que disponen en manos de técnicos dotados de la capacidad y la personalidad necesarias para conducir a sus planteles a las metas trazadas.*Que los únicos sobrevivientes, de los 18 que tomaron la salida, fueran, también, primero y segundo en la fase clasificatoria del certamen, además del manejo adecuado de los recursos disponibles en el plantel, denota consistencia.Sin llegar a los niveles del River Plate-Boca Juniors que durante varias semanas fue noticia a nivel mundial, el Cruz Azul-América tiene implicaciones particularmente serias, quizá, más para el derrotado que para el vencedor... Por parte de los “Cementeros”, ya es un tópico la sequía de 21 años desde la conquista del último título. Por parte de los “cremas”, por el notorio afán de sus dirigentes y simpatizantes por ser, siempre, la Novia de la Boda o el Niño Dios del Nacimiento, la derrota sería una afrenta.*Independientemente de las minucias que se empeñan en sacar a relucir los especialistas en sus consideraciones previas, en el afán de hurgar en la esfera de cristal para anticiparse al resultado, la realidad monda y lironda -por más que parezca obvio señalarlo- es que se trata, para el nivel casero, de dos grandes equipos.Las fuerzas están niveladas. No hay elementos objetivos que permitan señalar un claro favorito... En consecuencia, aunque “Ya la vimos”, nadie puede jactarse de que ya sabe, de antemano, el desenlace de la película.
