Pudiera ser que el sentimiento que un sector de la prensa ha difundido entre los aficionados hondureños, de que el silbante César Arturo Ramos Palazuelos —mexicano para más señas— obró dolosamente al añadir al reciente partido entre costarricenses y catrachos los seis minutos que permitieron a los ticos anotar el gol que les aseguró el boleto al Mundial y, por contrapartida, dejó a los hondureños tronándose los dedos; pudiera ser, decíamos, que ese sentimiento acreciente la animadversión de los aficionados hondureños, en el aspecto futbolístico, contra todo lo que tenga que ver con México.Es posible, pues, que el Tri se encuentre con un ambiente hostil cuando salga a cumplir, esta noche en San Pedro Sula, el que, desde su particular perspectiva, sería un partido de mero trámite: el último de una ronda clasificatoria en que alcanzó ya, con números casi perfectos, una meta a la que en otras ocasiones llegó de manera angustiosa: a costa de sangre, sudor y lágrimas.*El entorno pudiera tener alguna semejanza con los que ocasionalmente encontraron en plazas centroamericanas y del Caribe —San José, Tegucigalpa, la propia San Pedro Sula, Puerto Príncipe y alguna más— las Selecciones mexicanas que disputaron eliminatorias previas a otros Mundiales. Si México no participó en el de Alemania 74 fue porque en Haití encontró su Waterloo; si la historia se repitió en España 82 fue porque en Honduras sus jugadores carecieron de la personalidad necesaria para imponerse al pánico escénico que canchas y público representaban.Aunque de antemano se difundió que el Tri, para el partido de esta tarde, tendrá el hándicap que representan las ausencias del “Chucky” Lozano, por lesión, y el “Chicharito” Hernández, por razones personales, cabe resaltar que si bien ambos han tenido desempeños sobresalientes —por sus goles, sobre todo— en el proceso que está en vías de culminar más exitosamente que de costumbre, no se trata de jugadores insustituibles… y menos aún si se piensa en que el actual técnico nacional, Juan Carlos Osorio, ha hecho de las “rotaciones” un modus operandi.*En lo que Honduras se juega la vida a una sola carta, México solventará, como ya quedó apuntado, un partido de mero trámite.El cotejo, en esas circunstancias, será, por sobre todas las cosas, más allá del triunfo o la derrota, un examen a título de suficiencia, en materia de aplomo y templanza, para los tricolores.