Toda cirugía lleva implícito un cierto grado de dolor, destrucción… y riesgo. La transformación del México en que la injusticia, la corrupción y la violencia se han enseñoreado desde tiempo inmemorial, propuesta e incluso prometida por el Presidente López Obrador como la parte esencial de su programa de Gobierno, es una cirugía mayor que, mejor que un cirujano, sólo un prestidigitador portentoso -valga la redundancia- podría realizar sin afectaciones de por medio. Así, deberán verse como naturales, inherentes a la metamorfosis ofrecida, los tropiezos iniciales de la incipiente administración…-II-De hecho, López Obrador llegó al cargo que ya ostenta, con una nada despreciable carga de conflictos a cuestas: las críticas por la truculenta consulta en que el pueblo “sabio” decidió abortar el proyectado aeropuerto de Texcoco; las designaciones de “superdelegados”, piedras en el camino de la deseable armonía institucional del Gobierno federal con los estatales; la creación de la Guardia Nacional, que implica la militarización de todos los cuerpos de seguridad; la invasión de las funciones, en esa materia, de estados y municipios…Más allá del panorama de color de rosa que los discursos de López Obrador, el sábado, bosquejaron con respecto al México que al final de su mandato -si el pueblo “sabio”, en otra consulta a modo, no decide prorrogar- será “Casi el Paraíso” (o sin el “casi”), surgieron ya otros frentes: la decisión de continuar con las obras del Nuevo Aeropuerto, no precisamente para concluirlo ni para dar marcha atrás a la ampliación de la Base Aérea de Santa Lucía, sino para capotear la tempestad financiera y los conflictos jurídicos que surgirían a raíz de la polémica decisión; la cascada de amparos promovidos por los empleados de la judicatura, para defender la autonomía de los recursos del Poder Judicial y el derecho adquirido por jueces y magistrados a percibir salarios superiores al que devenga, por decisión propia, el Presidente de la República; tangencialmente, el riesgo de que, a la hora de los mameyes, “El impacto de la ley vaya a ser el contrario al buscado: riesgo de apertura de las puertas a la corrupción”, como se plantea en dichas demandas; la cascada de recursos legales que presumiblemente promoverán los miles de trabajadores de las delegaciones de las dependencias federales condenadas a desaparecer a consecuencia de la designación de los “superdelegados”…-III-Colofón: hacer efectivas las maravillas platicadas de la cacareada Cuarta Transformación, no será -como parecía en el discurso- cuestión de “enchílame otra”…