Que el Atlas anotara en una sentada, el viernes ante el Veracruz, más goles que en los 12 partidos anteriores juntos, sería noticia… si no se limitara a ser anécdota.*Independientemente de que el rival es compañero de penurias de los rojinegros, como inquilino casi inamovible de los últimos peldaños de la tabla de posiciones -lo que permite dar a la goleada su justa dimensión, e impide, en consecuencia, tildarla de proeza ni cosa parecida-, el valor de uso del resultado se limita a dar al más trespeleque de los equipos tapatíos la seguridad de que no terminará el Torneo de Apertura sin haber probado al menos una vez las mieles de la victoria. (¡Vaya consuelo…!).Por lo demás, se trataba de una de las últimas ocasiones más o menos propicias para hacer por la causa que el destino concedía al Atlas en la campaña, considerando que las próximas visitas a Necaxa y Monterrey y los partidos ante León y Pachuca en el Estadio Jalisco implican, en teoría, un mayor grado de dificultad que el encuentro resuelto ya con un triunfo. Triunfo que, por lo demás, no alcanzó a servir de pretexto para realizar una manifestación conmemorativa en el Monumento de los Niños Héroes.*Del empate que el Guadalajara rescató de su visita a Lobos BUAP, ayer, se diría que tuvo sabor a victoria porque los rayados jugaban de visitantes, y porque para lograrlo tuvieron que levantarse de la lona. ¡Se diría…!Sin embargo, es probable que haya más motivos para deplorar los dos puntos que se dejaron en el camino, que para festejar el que se consiguió, considerando que al sacar cuentas, antes del paréntesis de la Fecha FIFA, se decidió que para cumplir el buen deseo de conseguir boleto para participar en la “Liguilla” -el verdadero campeonato, recuérdese-, el de ayer era, en teoría, un partido en que para las “Chivas” era imperativo, como ahora dicen, “sumar de a tres”.*A algunos les quedará el consuelo de que el resultado habría sido mejor si Pepe Toño Rodríguez, ahora portero de los Lobos, no hubiera salido en plan de hacer efectivo el adagio de que “para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo”, mediante tres intervenciones que otras tantas veces ahogaron el grito de gol a los seguidores de su ex equipo.Colofón: “Goles son amores…”.