Ya pueden ir haciendo las gestiones iniciales del proceso de canonización de su ídolo los más recalcitrantes admiradores de Diego Maradona: el primer milagro de los necesarios para instalarlo en los altares, ya se dio: fue la victoria de los Dorados de Culiacán sobre los Cafetaleros de Tapachula, la noche del lunes, con una eficacia goleadora desusada: cuatro dianas de una sola sentada, tras una seguidilla de seis encuentros en la que habían espaciado una raquítica cosecha de dos goles.*Vale reiterarlo: sería deseable que el “Pelusa”, la persona y el deportista, encontrara en México, como país, y en el futbol mexicano, como entorno profesional, las condiciones adecuadas para llegar, en la faceta de entrenador, a las alturas que alcanzó en sus años de gloria -no obstante los altibajos que han sido del dominio público- en la de futbolista…Es probable, por lo que hace al episodio del lunes por la noche, que los jugadores de Dorados hayan encontrado en la presencia de Maradona en el banquillo de entrenador y en las circunstancias mediáticas que de la misma se desprendían, la motivación adecuada para dar un rendimiento notoriamente superior al habitual en ellos.Sin embargo, en el curso del partido no hubo ningún indicio significativo de que Diego hubiera sido el artífice de la metamorfosis espectacular de su equipo. Sus adversarios, en el primer tiempo, jugaron con complejo de inferioridad: fueron timoratos, como si tuvieran conciencia del papel de actores secundarios que el destino, en esa ocasión, les encomendaba.* Maradona, fiel al que ha sido su espejo en sus intentonas de reeditar, como técnico, las glorias que alcanzó como futbolista, fue punto menos que simple espectador en ese lapso. Incapaz del gesto cívico -o la simple cortesía- de descubrirse mientras escuchaba el Himno Nacional, no dio ninguna indicación para orientar los erráticos movimientos de sus jugadores en la etapa inicial… como nunca ha dado, por lo demás, indicios de tener cualidades analíticas o conceptos nítidos de cómo entiende el futbol o cómo pretende que lo desarrollen sus equipos, ahora en la faceta de mentor... Ya en la segunda, conforme su equipo funcionaba, asumió actitudes que le permitieron aparecer en el estadio y en la televisión como la novia de la boda o el niño dios del Nacimiento.En fin: quizá sea prematuro echar a vuelo las campanas… porque esta historia apenas empieza.
