De las dos contrataciones “bomba” del América para el Torneo de Apertura en curso, la de Giovani dos Santos era -y aun es…- una incógnita; la de Memo Ochoa, una apuesta audaz… pero plausible.Giovani, hasta ahora, va despejando favorablemente -para los intereses de su equipo y para su prestigio personal- la incógnita señalada. Primero, al anotar el penalti definitivo en la victoria sobre los “Tigres” para la conquista del título de Campeones; después, apenas el sábado pasado, al dar el pase para el segundo gol y rubricar personalmente el tercero en el triunfo sobre Tijuana en la tercera jornada del certamen.Hasta ahora, pues -muy temprano para emitir un juicio definitivo, ciertamente-, el jugador comprometido, profesional, consciente de la responsabilidad de jugar en un equipo (antipatías o simpatías aparte) de la envergadura del América, prevalece sobre el jugador, quizá más proclive a la juerga que a la disciplina, de sus primeros pasos como profesional en los equipos europeos por los que transitó sin dejar mayor huella.Ochoa regresa al América con la consigna de cubrir el hueco que dejó Marchesín al emigrar al Porto. Lo hace cargando aún sobre sus espaldas el injusto sambenito de haber sido “el portero más goleado de la Liga” en equipos como el Ajaccio en Francia o el Málaga y el Granada en España.Sambenito injusto, valga el subrayado, porque el portero de un equipo de medio pelo, como fueron los que le abrieron a Ochoa las puertas para hacer efectivo su anhelo de jugar en Europa, está condenado a sufrir. (Véase, por poner un ejemplo muy actual, el caso de Sebastián Jurado con el Veracruz: aunque en cada partido lo mandan a casa con un chiquihuite lleno de balones -y aunque aún no sabe lo que es una victoria en la Liga con su equipo-, nadie duda de que es uno de los mejores porteros jóvenes que hay actualmente en México).Para poner en contexto el papel de Ochoa con los equipos en que jugó en Europa y el que deberá cumplir ahora en el América, vale recordar lo que decía el chileno Claudio Bravo cuando era portero del Barcelona:-Ser portero en un equipo grande es más difícil de lo que parece, porque seguramente tendrás pocas intervenciones en cada partido… pero cualquier error que cometas, aunque sea uno solo, puede significar la derrota.
