Si la vieja regla dice que “cuando un equipo se muere, el técnico es el culpable”, en México, si de la Selección se trata, no hay necesidad de ir tan lejos…Basta con que no se gane con la claridad que “el respetable” quisiera, como sucedió en el amistoso del sábado ante Escocia, para que la turba, en el estadio, pida a gritos la destitución del técnico... creyendo, quizá, que con eso bastará para que, ya en los partidos del Mundial, ante Alemania, Suecia y Corea del Sur, Vela, Gio, Jiménez, Peralta, Aquino, Lozano, Herrera, Layún, el “Chicharito” el “Tecatito” y anexas metan goles como descosidos, y el “Tri” se transforme en la máquina trituradora que llegue al quinto partido, lo gane con la mano en la cintura, y, en suma, colme sus anhelos.*Ejecútese el “¡Fuera Osorio!” (como antes han sido Trelles, Cárdenas, Bora, Mejía Barón, Aguirre, Hugo, Meza, Goran-Eriksson, “Chepo” y unos cuantos más los destinatarios de la repulsa pública), y se harán trizas los pronósticos que colocan a Brasil, Alemania, España y Argentina como favoritos, con entre 18 y 11% de probabilidades; a Portugal, Francia, Inglaterra, Bélgica y Colombia como actores secundarios, y al resto —incluidos el país anfitrión, Rusia… y, por supuesto, México— en calidad de “extras”, con apenas 1.7% de posibilidades como máximo.*En el más reciente capítulo de lo que no queda claro si pasará a la historia como novela o comedia de enredos del Guadalajara, se hizo efectiva, ayer, la anunciada rebeldía de los primeros 14 jugadores al citatorio de la directiva para los exámenes médicos, una semana antes de la fecha que Matías Almeyda les fijó como término de sus vacaciones.El incidente es sintomático de que el principio de autoridad de la directiva se ha deteriorado severamente, por sus propias torpezas en el manejo de una crisis que comienza con el tema de los premios incumplidos, sigue con el debilitamiento del plantel y la declarada incapacidad de conseguir los refuerzos solicitados por Almeyda, y culmina con la filtración de las negociaciones que ya se realizan, aunque de dientes para afuera se diga lo contrario, para cerrar el ciclo del “Pelado” como técnico, de la peor manera posible: con un sainete impropio de una institución seria, e injusto con la entrega y el profesionalismo de que Matías hizo gala mientras hubo comunión de propósitos.