Al final de cuentas, la revancha fue para Chile; no porque en la mente de los andinos estuviera todavía vivo el recuerdo del 7-0 sobre México en la Copa América Centenario de hace dos años en Santa Clara, California; sí porque fue notorio, anoche en Querétaro, que buscaban el resultado que hiciera olvidar la derrota de la semana pasada ante Perú, por 3-0, motivo de escarnio por parte de algún sector de la prensa incaica, y de críticas agrias de la propia prensa chilena.*Como se apuntó en las consideraciones previas, y como los propios jugadores chilenos consignaron, aquel ominoso 7-0 fue consecuencia de una actuación inspirada de los chilenos, combinada con un desempeño catastrófico de los mexicanos. Anoche, en lo general, aunque los andinos conservaban a varios veteranos de aquella memorable batalla y el “Tri” está en pleno proceso de recambio -Araujo y el “Tecatito” jugaron aquella vez, y Reyes y Jiménez entraron en cambios-, las fuerzas estuvieron niveladas.De hecho, aunque Hugo González comenzó a erigirse en figura del partido por una gran defensa al disparo con que Fernández rubricó una pared con Alexis, y más tarde confirmaría esa calidad al hacer un atajadón a disparo de Sagal, los cambios dispuestos por “Tuca” Ferreti sobre la hora de partido hicieron que el cuadro mexicano se desdibujara, y la balanza comenzara a inclinarse claramente a favor de los sudamericanos.*Obliga reconocer que el resultado fue justo; que los chilenos acusaron, en lo general, más calidad y más oficio que los mexicanos; que no hubo punto de comparación entre el rival de anoche, que ganó de manera justa y legítima, y el del jueves pasado -Costa Rica- al que se venció con más claridad en la cancha que en el marcador; que el gol invalidado a los chilenos (76’) había sido un aviso, y que a Castillo -ex de Pumas- le bastó con 15 minutos en la cancha para justificar su fama de matón del área.*Por lo demás, aunque el balance numérico de la actual gestión de Ferreti como técnico interino parece adverso -victoria sobre Costa Rica a cambio de derrotas ante Uruguay, Estados Unidos y ahora Chile-, se impone suponer que, a la larga, habrá quien recuerde que la intención iba más allá de los resultados… y reconozca, en su momento, los frutos del proceso.
