Parafraseándolo, podría decirse que “no es que uno quiera que todos los equipos le ganen al América… pero sí que demuestren que podrían hacerlo”.*La frase vale para el episodio de la noche del jueves en Torreón…La noticia no consistió en que el Santos Laguna venciera a los capitalinos, que entraron a la fase de Semifinales del Torneo de Clausura en calidad de favoritos una vez que los dos equipos de Monterrey se dieron de baja en la etapa precedente. La noticia fue que lo hiciera con tanta nitidez en la cancha y tanta amplitud en el marcador, que, sin asumir que “este arroz ya se coció”, para que los pupilos del “Piojo” Herrera se levanten de la lona —o, para ser más exactos, para que salgan de la fosa por su propio pie—, la posibilidad de que eso ocurra está supeditada a una improbable hazaña de dimensiones colosales.*La frase de Pepe Alameda aplica también para el otro duelo en curso de las Semifinales: “No es que uno quiera que todos los patos les disparen a todas las supuestas escopetas… pero sí que demuestren que podrían hacerlo”.El Toluca —conviene recordarlo— fue líder general en la fase clasificatoria del certamen. Tuvo que sudar sangre, ante el Morelia, para ser semifinalista. Su rival en turno, Tijuana, alcanzó esa calidad venciendo a los Tigres, que compartían con Monterrey el rol de grandes favoritos. La “chica” realizada por los Xolos, sin embargo, tuvo una sombra: la convicción —subrayada por el mismísimo “Tuca” Ferretti— de que la trastada que dio al traste con los pronósticos de los entendidos, se debió menos a lo que hizo Tijuana, que a lo que los Tigres dejaron de hacer.*Considerando, pues, que es difícil que el América anote tres o más goles el domingo, pero que es más difícil aún que Santos Laguna no anote ninguno, y que el Toluca tendrá la ventaja de ser local, pero Tijuana tiene con qué rebelarse a la condición de víctima, la conclusión es que sigue vigente uno de los encantos del futbol mexicano: “aquí cualquiera le gana a cualquiera”.
