Lo de André-Pierre Gignac estaba cantado; se veía venir; era cuestión de tiempo. Que se convirtiera en el goleador “histórico” -como ahora se estila decir-de los “Tigres” dependía, primero, de que ninguna lesión seria le truncara la carrera; y segundo, de que ningún otro equipo, nacional o extranjero, le llegara al precio, pusiera los dólares sobre la mesa y se lo llevara con su música a otro baile. Como ninguna de esas circunstancias ocurrió -felizmente para él y para su equipo-, el resto fue cuestión de paciencia.Gignac, así, corrobora su calidad como uno de los mejores futbolistas extranjeros que han militado en equipos mexicanos. Antes de su gol 105 con los “Tigres” -el de la victoria dominical sobre los “Pumas”, como desde el momento mismo en que ocurrió se hizo del dominio público-, ya formaba parte del selecto club en que se encuentran leyendas relativamente recientes, como “Cabinho”, Miguel Marín, Zague (padre) o Reynoso, y algunas de los tiempos de María Canica, como Lángara, Vantolrá y muchos más que, además de haber escrito páginas de oro en la historia del futbol mexicano, echaron raíces en estas que fueron sus tierras de adopción.Giovani dos Santos era -y, bien visto, no ha dejado de ser- una incógnita…Su contratación por parte del América se vendió como la bomba mediática por excelencia de la pretemporada. Si las bajas de Edson Álvarez, Marchesín y Uribe -más la de Castillo, esta última por lesión- fueron significativas para el América, se suponía que Gio, por sí solo, las compensaba: aquellos -según los entendidos- son buenos jugadores; Gio, “crack”.De sus aptitudes futbolísticas y de que aún está en edad de explotarlas a plenitud (tiene 30 años y dos meses), nunca nadie tuvo ninguna duda. En todo caso, las reservas al respecto se relacionaban con su profesionalismo un tanto cimarrón, por decirlo de alguna manera… Si los dirigentes del América -y el técnico Miguel Herrera, muy particularmente- encontraron argumentos para convencerlo de que en el América puede encontrar compensaciones económicas similares a las que tuvo en sus equipos anteriores (Barcelona, Tottenham Hotspur, Ipswich Town, Galatasaray, Racing de Santander, Real Mallorca, Villarreal y Los Angeles Galaxy), y, adicionalmente, el rango de ídolo en toda la extensión de la palabra, tanto ellos como Gio habrán hecho un gran negocio… y el futbol mexicano ganaría un jugador de época.