La noticia, hoy, es que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, planteó al Presidente López Obrador “la necesidad” de invertir mil 200 millones de pesos en el sistema de presas La Red, Calderón y El Salto, para evitar que en el próximo temporal de estiaje se repitan los recientes problemas de desabasto de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara...-II-La historia, en uno de los tantos capítulos alusivos al tema, refiere que hace 20 años, cuando Alberto Cárdenas era gobernador, primero “se pensó” construir la presa de Arcediano, en el fondo de la Barranca de Huentitán. En remover el añejo -y más simbólico que funcional- puente colgante y reubicar a los moradores de la zona, se invirtieron (?) miles de millones de pesos.Abortado ese proyecto, una vez que el Congreso del Estado se pronunció, por un voto de diferencia, contra la propuesta de contratar un polémico “crédito japonés” por 300 millones de dólares, pagadero en más de 25 años, destinado principalmente a sanear aguas residuales, reducir las fugas del sistema y ampliar las redes hidrosanitarias de la mancha urbana, surgió el proyecto de hacer la presa de El Zapotillo, para captar las aguas del Río Verde. Dicha presa, supuestamente, abastecería a Guadalajara, León y varias poblaciones de Los Altos... aunque borraría del mapa a tres poblados: Temacapulín, Acasico y Palmarejo. El inminente conflicto social y la inevitable controversia terminaron en una disposición de la Suprema Corte de Justicia, de suspender la obra que se había iniciado en 2013.Alfaro planteó ahora “la necesidad” de retomar ese proyecto, e invertirle otros tres mil 600 millones si la cortina queda en ochenta metros, o cerca de seis mil millones si se eleva a 105.-III-Supone el gobernador que el Presidente ponderará seriamente que ya se han invertido más de seis mil millones de pesos en esa presa; supone asimismo que llegará a la prudente conclusión de que sería absurdo abandonar la obra, dando por perdidos los muchos millones que se han invertido en ella...Hay, sin embargo, el antecedente de que, si de abandonar proyectos se trata, cueste lo que cueste, mucho más costó -331 mil 996 millones de pesos, según datos de la Auditoría Superior de la Federación, insospechable (supondremos) de “fake news” o de perversas componendas con sus adversarios- abandonar el proyecto del Aeropuerto de Texcoco, con tal de decir, como el conductor del tren del cuento, que “aquí el único que dice ‘¡juímonos!’ soy yo”.
