El único común denominador entre la salida de Zinedine Zidane como timonel del Real Madrid y la de Matías Almeyda como técnico del Guadalajara, independientemente de la coincidencia en la fecha, estriba en que ambas fueron sorpresivas; (más, por supuesto, la de Zidane, porque la reciente conquista de la tercera Champions League consecutiva le había ganado, por derecho propio, a perpetuidad, un lugar sobresaliente en el cuadro de honor del que se precia de ser el mejor club del mundo…).La gran diferencia entre una y otra, por contrapartida, consiste en que, en su caso, Zidane tomó la decisión, porque no se sintió capaz de responder a la exigencia de seguir haciendo del Madrid un sistemático ganador de títulos, en tanto que la salida de Almeyda, hasta donde ha trascendido, fue decidida por los dueños del Guadalajara.*Ahora bien: la salida de Almeyda era, en gran medida, previsible…Independientemente del ruido que se hizo a la conquista de los títulos de Copa MX y la Concachampions, con la consiguiente clasificación para el Mundial de Clubes, se imponía considerar varios aspectos:1.- Que el Guadalajara, después de ganar el Torneo de Clausura del año pasado, ligó, en la competencia doméstica -la que verdaderamente da y quita-, dos campañas lamentables: con números rojos en ambas, y sin clasificar para la Liguilla.2.- Que las perspectivas para la próxima temporada, con el plantel debilitado por las salidas de Cota, Alanís y Pizarro, y sin recursos económicos para reforzarlo -so pretexto de la “reestructuración financiera” a que la empresa está sometida-, distaban mucho de ser promisorias.3.- Que, a despecho de los pobres resultados del equipo, durante dos campeonatos, Almeyda acrecentó su prestigio como entrenador, hasta el punto de convertirse en el principal candidato a relevar a Juan Carlos Osorio al frente de la Selección Mexicana después del Mundial.*Así, al margen de las situaciones desagradables que se vivieron en el seno del Rebaño, desde el “Caso Alanís” hasta las salidas de Cota y Pizarro, más la contratación de Gabriel de Anda como presidente deportivo y el escándalo del incumplimiento de la directiva para pagar en tiempo y forma los premios que los jugadores ya habían ganado, estaba visto que la luna de miel había quedado atrás… y que el paso previsible para la relación entre Almeyda y el Guadalajara era el divorcio.