Sin el VAR, quizá la historia habría sido diferente. Las crónicas habrían consignado que el Toluca había empatado con un gol “dudoso”. Otras habrían señalado un “error de apreciación” del árbitro en la jugada clave del partido… Pero como entonces se aplicaba a raja-tabla la máxima evangélica de “lo que atáreis en la cancha, atado quedará en el cielo”, no había más vueltas que darle al asunto…Con el VAR, la tecnología permite enmendar errores y aportar elementos de juicio a favor de la justicia. Así, aunque Jorge Antonio Pérez Durán demoró ocho minutos para escuchar a sus auxiliares apostados allá arriba y revisar reiterativa y minuciosamente el lance en el que había tenido, en primera instancia, la convicción de que la pelota había cruzado la línea de meta, porque botó dos veces dentro del marco, al comprobar que no había traspuesto totalmente la raya trágica, por cuestión de milímetros, al final del cuento enmendó el error, en segunda instancia, para cambiar la historia del partido con una anotación en la Fe de Erratas: “En el minuto 75, donde dice ‘empate del Toluca’, debe decir ‘victoria del Guadalajara’”.*Por cierto, tercera victoria de las “Chivas”, a las que es de justicia otorgar, ahora sí, a partir del axioma que señala que “La tercera es la vencida”, el crédito correspondiente.Una vez más, por la disciplina, la entrega y la aplicación mostradas -sin llegar a la perfección, porque su línea defensiva cometió por lo menos dos errores groseros que pudieron modificar el resultado-, el Guadalajara, al ligar su tercera victoria en otras tantas apariciones en la Liga, y al colocarse, en solitario, en la cima del tabulador -¿desde cuándo no ocurría ese portento?-, dio señales de que la metamorfosis va en serio.*Si los rayados consiguieron, a plenitud, la calificación aprobatoria, el Atlas, esta vez, alcanzó mención honorífica…Empatar, como visitante, un partido que a descanso perdía por 2-0, mostrando argumentos para haber aplicado la voltereta al marcador, porque tuvo al menos media docena de situaciones propicias para hacerlo, es encomiable.Lo de menos es que lo haya conseguido ante unos “Pumas” que están siendo pálida sombra de los que en el torneo anterior sorprendieron a propios y extraños al colarse a la “Liguilla”. Lo primordial es que supo suscribirse a la máxima de “No te des por vencido… ni aun vencido”.