De acuerdo: por lo menos dos de los goles que repercutieron en el estrepitoso descalabro del Guadalajara, el martes ante el Pachuca, fueron “errores puntuales” de sus propios jugadores; pecados capitales, de los que suelen pagarse con la penitencia de los goles. Y traducirse eventualmente en derrotas, como fue el caso…Sin embargo, ni las pifias de los defensores que se reflejaron en el marcador -las erráticas intervenciones de “Chofis” López y Gudiño-, ni los desaciertos de los atacantes que malograron las situaciones propicias que se les presentan -las oportunidades que Pulido y Brizuela desperdiciaron- eximen totalmente al entrenador.Más concretamente: es incuestionable que Tomás Boy no es culpable directo de las torpezas o insuficiencias de sus jugadores… pero es igualmente incuestionable que es el responsable, para bien o para mal, de lo que los jugadores hacen o dejan de hacer, puesto que él es quien los entrena y es él quien forma las alineaciones.Señalar los aciertos o errores en que incurren los jugadores en el curso de un partido, es relativamente fácil: aunque no toman en cuenta los factores atenuantes que pudiera tener un jugador que ocasionalmente mete la pata -literalmente-, ahí están las evidencias; son públicas y notorias. Pretender que el técnico se equivocó al incluir a Fulano y omitir a Zutano en la alineación es una necedad; primero, porque esas consideraciones se hacen ordinariamente “a toro pasado”; y segundo, porque el entrenador convive con sus jugadores día a día, y si hoy prefiere a Fulano sobre Zutano no necesariamente es porque consienta a uno o discrimine al otro, sino porque tiene elementos de juicio para inclinarse a favor del primero… aun a riesgo de equivocarse.Sin demeritar el orden y el esfuerzo del Pachuca, el martes, era lógico calcular que ese partido se antojaba más propicio para que el Guadalajara lo resolviera exitosamente, que el del próximo sábado ante el América, por motivos obvios: aunque ambos se han apartado de la senda de la victoria, sus historiales recientes y los números del Torneo de Apertura en curso indican que el América tiene elementos que obligan, no a dar por descontada su victoria, ciertamente, pero sí a señalarlo como favorito.Considerando, pues, que un técnico camina todo el tiempo en la cuerda floja, se explica que Tomás Boy parezca sostenerse con alfileres al frente de las “Chivas”.