- ¿Y no sería posible, si no es mucho pedir, que en vez de jugar el primer partido contra el Kashima Antlers, lo jugáramos contra el Real Madrid…?La frase -chistorete químicamente puro- de un simpatizante del Guadalajara, legítimamente interesado en que al equipo de sus amores le vaya lo mejor posible en el Mundial de Clubes en que esta mañana -tiempo de México- debuta, tiene que ver con el papelón que hicieron los “merengues” (debilitados por la ausencia de la gran mayoría de sus titulares) ante el CSKA de Moscú, en el mismísimo Estadio Santiago Bernabeu, en partido de la Champions League disputado a media semana.*Más allá de la chanza está la certeza -compartida por todos los observadores- de que los dados están cargados para que Real Madrid y River Plate sean los finalistas del certamen.Se explica la intención de que así sea. Primero, por los diplomas de los dos equipos. Segundo, porque su popularidad trasciende la geografía de sus países de origen. Y tercero, porque la UEFA y la Conmebol son las confederaciones que parten el queso en el seno de la FIFA.Casi siempre ha sido así. En la historia del certamen siempre se han acomodado las cosas para que un europeo y un sudamericano sean los finalistas… aunque ha habido excepciones. En la edición de 2010, el Inter de Milán se coronó venciendo por 3-0 al TP (abreviatura de Tout Puissant; en español, Todopoderoso) Mazembe, de la República Democrática del Congo. Y en la de 2016, el rival del Real Madrid, que ganó la final por 4-2, fue… precisamente el Kashima Antlers que hoy será adversario de las “Chivas”.*Varios equipos mexicanos han participado en el Mundial de Clubes como campeones de la Concacaf. Han sido los casos de Necaxa (2000), América (2006), Pachuca (2007, 2008, 2010 y 2017), Atlante (2009), Monterrey (2011, 2012 y 2013), Cruz Azul (2014) y América (2015 y 2016). Los mejores desempeños han sido los terceros lugares de Necaxa (2000, sobre el Real Madrid, en series de penalties) y Monterrey (2012).La participación del Guadalajara, en la edición en curso, tiene la particularidad de ser la primera de un equipo cien por ciento mexicano. Su concurso, así, va más allá de la anécdota, porque permitirá calibrar los verdaderos alcances actuales, no del futbol que se juega en México, sino del futbol mexicano propiamente dicho.