La victoria (3-2) de México sobre Martinica, en la tercera jornada de la primera ronda de la Copa Oro, aporta más material para el anecdotario que para la historia…En la historia quedará el registro de que México hizo efectivos los pronósticos al cerrar esa fase con marca perfecta -tres triunfos en otras tantas apariciones, ante adversarios de una jerarquía muy inferior a la suya-, como líder de su grupo.En la anécdota se evocará el antecedente de que la primera vez que estas escuadras se enfrentaron, México ganó por 9-0, y se consignará que esta vez la diferencia en el marcador fue mínima. También se recordará, por mucho tiempo, la obra de arte que fue el tiro libre con que Kevin Parsemain dio a Martinica un transitorio empate en el partido del domingo en Charlotte, Carolina del Norte.Políticamente clasificada como departamento francés -las antiguas colonias europeas en ultramar-, con una superficie minúscula (poco más de mil kilómetros cuadrados: la quinta parte del estado de Colima, uno de los más pequeños de la República Mexicana), la isla del Caribe, como sus similares de Guadalupe y Guayana, pueden participar en la Copa Oro... pero no en las eliminatorias para la Copa del Mundo. Quizá hubieran podido hacerlo si en el referéndum de 2010 sus habitantes se hubieran pronunciado por aumentar su autonomía con respecto a Francia. Pero como el “No” ganó, la posibilidad de adquirir el rango de miembros de la FIFA quedó cancelada.Cuando México aplastaba prácticamente a todos los rivales del área norte, centroamericana y del Caribe -hasta el Mundial de Inglaterra-66 esa era la regla-, los caribeños, cuando enfrentaban a los mexicanos, evidenciaban un nivel futbolístico ínfimo. Técnicamente eran jugadores toscos. En lo táctico y estratégico, su desempeño era rudimentario; casi cavernícola.Gerardo Martino fue objetivo al señalar que el segundo gol martiniqueño -de Jordy Delem, en segunda jugada después de un corner- fue un grave descuido de la defensiva mexicana… pero que el trámite del partido en ningún momento se complicó para los mexicanos.Los gestos técnicos de los dos goles de Martinica, y el hecho de que México apenas ganara por un gol un partido de los que antes ganaba con cifras escandalosas, demuestran que no todo tiempo pasado fue mejor (sino todo lo contrario)… porque, cuando de futbol se trata, aun los enanos crecen.