Cerrado -esta vez, quizá, con más pena que gloria- el paréntesis de los compromisos de la Selección Nacional en la Copa de Naciones de la Concacaf, la actividad de la última jornada de la fase clasificatoria del Torneo de Apertura incorpora, además de la perspectiva de despejar las dos incógnitas aún vigentes sobre los participantes en la “Liguilla”, un ingrediente absolutamente novedoso: la posibilidad de que un mexicano -Alan Pulido, del Guadalajara- cierre la danza como campeón goleador.La empresa puede vislumbrarse, a priori, como la consabida “carambola hecha”…Motivados por la intención de dedicar la victoria al recientemente fallecido Jorge Vergara, los jugadores del Guadalajara, de conformidad con la ley de probabilidades, parecen tener la mesa servida: jugarán en casa, y lo harán ante un Veracruz catastrófico.Al margen de lo que haga el argentino Mauro Quiroga, del Necaxa, esta noche ante el Puebla, y de la posible contribución de sus compañeros para que acreciente su cosecha de 12 goles, los 10 de Pulido lo tienen, ciertamente, a tiro de piedra de la meta.De concretarse esa posibilidad, vale señalar que tener al goleador del campeonato sería un premio de consolación para el plantel en pleno de las “Chivas”… y probablemente para sus simpatizantes. (“Peor es chile y el agua lejos”, como luego dicen).Pulido, de hacer la tarea, con las estrellas aparentemente alineadas a su favor para que eso ocurra, sería apenas el quinto jugador mexicano que conquista el título de goleo individual en lo que va del siglo. Lo antecedieron en esa distinción Jared Borgetti en los torneos Invierno 2000 y Verano-2001, con 17 y 13 goles respectivamente; Omar Bravo en el Clausura 2007, con 11; “Chicharito” Hernández en el Bicentenario 2010, con 10, y Ángel Reyna en el Clausura 2011, con 13. El resto ha sido de hegemonía de los extranjeros.Sin demérito de la posible conquista del título individual de goleo, es de lamentarse que no siempre los goles de Pulido en esta campaña se tradujeron en puntos que sacaran al Guadalajara de la mediocridad que ha sido su sello desde hace cinco campeonatos, y le dieran siquiera la discutible calidad de protagonista que se abrogan los equipos que entran a la “Liguilla”… aun a sabiendas de que en México muchos son los llamados a la referida “Liguilla”, y uno solo el escogido para pasar, como campeón, a la historia.