Por más que diga que no quiere prestar oídos al canto de las sirenas, es inevitable que José Saturnino Cardozo, al igual que el plantel de jugadores, dirigentes y simpatizantes del Guadalajara, tengan, durante los próximos tres meses y medio -de aquí a mediados de julio, para ser exactos- “un ojo al gato… y otro al garabato”.“El gato” sería, obviamente, la competencia doméstica: el Torneo de Clausura en que las “Chivas”, matemáticamente, aún tienen posibilidades de hacer honor a su historial, pasando de la extensa lista de los 18 llamados a la selecta de los ocho escogidos para disputar el verdadero campeonato. “El garabato” sería la International Champions Cup (Copa Internacional de Campeones), en que el Guadalajara alternará con 11 equipos europeos (Roma de Italia, Benfica de Portugal y Atlético de Madrid de España, sus rivales de grupo, más Real Madrid [español], Milan, Inter, Juventus [italianos], Manchester United, Arsenal, Tottenham [ingleses] y Bayern Munich [alemán])… no obstante que desde su más reciente conquista de un campeonato a la fecha -puesto que, en teoría, de alternar con campeones se trata- ya han transcurrido casi dos años.*La vez anterior que el Guadalajara mereció una distinción de ese rango fue cuando el título del Torneo de Clausura 2017 le permitió participar en la Concachampions, pasar sobre Sounders de Seattle, Red Bull de Nueva York y Toronto -este último en series de penalties-, y sacar boleto para el Mundial de Clubes disputado en los Emiratos Árabes Unidos. Ya ahí, en diciembre pasado, los rayados cayeron ante Kashima Antlers de Japón (3-2) y ante Esperanzas de Túnez, campeón africano (6-5 en tandas de penalties, 1-1 en tiempo normal), para rubricar, según el consenso de los analistas, apoyados en la historia, la más pobre actuación de un equipo mexicano en ese certamen.*Precisamente por el contraste entre las expectativas generadas por la participación de las “Chivas” en un torneo de élite -aunque no haya punto de comparación entre el Mundial de Clubes y certámenes como la Champions y aun la Europa League- y la modestia de sus resultados, no faltarán quienes quieran ver en la Champions Cup en puerta, la revancha que el destino concede al equipo más popular de México; la oportunidad de dar la campanada que quedaron a deber…, y el compromiso moral, en fin, de ser, para beneplácito de algunos, “candil de la calle”.