Si se cumple al pie de la letra lo declarado ayer por el canciller Marcelo Ebrard (“la Fiscalía General de la República llevará a cabo una investigación a la altura del prestigio […] de México”) una vez que el “Caso Cienfuegos” pasó a su jurisdicción por razones políticas, que no jurídicas, “ya valió…”.-II-Prestigio, diccionario en mano, significa “renombre, buen crédito”. Lamentablemente, en materia de eficiencia en el combate al delito y eficacia en la impartición de justicia, México carga con una fama que, en vez de prestigiarlo, lo desprestigia. (World Justice Project Índice de Estado de Derecho 2020 contra la corrupción, verbigracia, movió a México del lugar 99 al 104 entre 128 países analizados).Los críticos de los aparatos policíaco y judicial lo han llamado “el paraíso de la impunidad”. Para más inri, nada menos que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, avaló recientemente –con su historial y su prestigio (ella sí) como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante 20 años, entre otras prendas— las cifras del INEGI (oficiales), según las cuales en México “solo se castiga uno de cada cien delitos que se cometen”.Dijo también Ebrard que “en la Unión Americana se tiene la certeza” de que en México se realizará la investigación correspondiente sobre el general Cienfuegos, y que “hay confianza” en los dos países de que dicha investigación tendrá “los más altos estándares de efectividad y confiabilidad”…Más allá del buen deseo de que así sea –a partir, como siempre, de la presunción de inocencia del militar—, es difícil que en Estados Unidos o en cualquier parte del mundo haya “la certeza” de que “habrá justicia conforme a lo que disponen las leyes mexicanas”. Desde el viraje sorpresivo del “affaire” –la decisión de “desestimar los cargos” no precisamente por considerarlos infundados sino porque se decidió priorizar las cuestiones políticas sobre las jurídicas—, muchas voces se han alzado en Estados Unidos para descalificar esa decisión y anticipar la sospecha o la convicción de que el desenlace de esta historia será, tras una indagatoria “patito”…, la correspondiente impunidad.-III-(Ayer, por razones de espacio, en la edición impresa se omitió el colofón del comentario del día sobre el mismo tema. Va: “A reserva de lo que suceda en las próximas horas [o días… o meses…], es probable que este asunto termine sepultado en una tumba en cuya lápida resplandezca esta lacónica leyenda: “Política mata derecho”).