Miércoles, 09 de Octubre 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

- “Y llovía, llovía…”

Por: Jaime García Elías

- “Y llovía, llovía…”

- “Y llovía, llovía…”

Una tormenta como la del lunes en Guadalajara puede ser terrible para miles de personas y hasta trágica para algunos…, pero el agua que esa tarde cayó del cielo debió haber sido, por sobre todas las cosas, una bendición para todos.

Las molestias que ocasionó el fenómeno son comprensibles: la mitad más uno de los tapatíos estaban en vías de concluir sus actividades -profesionales o escolares- del día y se disponían a regresar a casa, cuando comenzó la lluvia: apacible -con sol incluso- al principio; huracanada -con granizo incluso- poco después… Al final de cuentas, nada nuevo bajo el sol; nada que los más ancianos de la comarca no hubieran vivido varias veces en el curso de su existencia. En cuanto a la muerte de un indigente que había hecho de una alcantarilla su morada y fue arrastrado por las aguas, sólo resta lamentarlo.

-II-

El tema relacionado con la otra cara de la moneda ya es recurrente. Uno de los graves problemas de la Zona Metropolitana de Guadalajara es el abasto de agua para sus pobladores; otro, las contrariedades que les causan las lluvias. Así, parecería de sentido común -definido por Yoritomo Tashi como “el arte de resolver los problemas, no de plantearlos”- buscar fórmulas que permitan entender las lluvias como un problema pasajero, cíclico e inevitable, ciertamente…, ¡pero también, y sobre todo, como la solución a las carencias que la ciudad arrastra en esa materia!

Conformes: implementar la infraestructura adecuada para aprovechar, en la mayor medida posible, las aguas pluviales, sería muy costoso. Sin embargo, nada impide que puedan tomarse, gradualmente, sistemáticamente, criteriosamente, medidas orientadas en ese sentido: el saneamiento y la adecuación de los canales que hay por toda la ciudad, y la construcción de pozos de visita o pozos de absorción -en todos los parques y jardines de la mancha urbana, por ejemplo- orientados al uso posterior de esas aguas…

Lo que sea, con tal de evitar que a las contrariedades pasajeras -y aun desgracias- que ocasionan tormentas como la del lunes y como las que casi seguramente se repetirán en el curso del incipiente temporal, haya que añadir los reproches porque lo único que sabemos hacer con las aguas de lluvia es ensuciarlas al dejarlas correr por las calles y mezclarse con las del drenaje..., y así, negras, contaminadas a más no poder, verterlas a los ríos y lanzarlas al mar.

¡Y todavía nos jactamos de ser animales “racionales”…!

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones