Viernes, 29 de Noviembre 2024

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- “Voto reflexivo”

Por: Jaime García Elías

- “Voto reflexivo”

- “Voto reflexivo”

El “voto reflexivo” del que tanto -y con tanta elocuencia- se habla en estas antevísperas de jornadas electorales, es, valga la analogía, como el Espíritu Santo: algo de lo que todo mundo ha oído referencias encomiásticas… pero que nadie ha visto; ni sabría, por tanto, definir o describir con precisión.

En teoría, el dichoso “voto reflexivo” consistiría en la información que todos y cada uno de los ciudadanos, potenciales participantes en un ejercicio como el programado para el próximo 6 de junio -dentro de dos semanas pues- en México, deberían procurarse al efecto de intentar que su voto sea la consecuencia de la ponderación cuidadosa, en primer lugar, de la pertinencia de las propuestas de todos los candidatos a los más de 20 mil cargos de elección popular que deberán dirimirse; en segundo, de la capacidad probada en el ejercicio de encomiendas similares cumplidas en el pasado; y en tercero, de los atributos personales de dichos candidatos…

-II-

Lo de menos es que la mayoría de los ciudadanos, en México, no distinga claramente la diferencia sustancial entre gubernaturas, presidencias municipales y regidurías, diputaciones o senadurías. Tanto si se postulan para cargos en el Poder Ejecutivo como si lo hacen para el Poder Legislativo, todos los candidatos, desde la óptica del ciudadano de a pie, son hermanitos carnales; pájaros de la misma pluma, pues: ciudadanos que se ostentan como propietarios de la varita mágica capaz de resolver en un santiamén -“si el voto los favorece”, por supuesto- los principales problemas, carencias y rezagos de la población (inseguridad, pobreza y enfermedad, principalmente)… pero que en el fondo simplemente aspiran a tener acceso -como dijera alguna vez, con tino de apache, alguno de los fundadores del PAN-, mediante el desempeño (indigno, con demasiada frecuencia) de cargos públicos, a las prebendas y beneficios económicos que les serían inaccesibles mediante el trabajo honrado.

-III-

La política, en todas las latitudes pero en México muy particularmente, es un oficio sumamente desprestigiado, porque una de las peculiaridades de quienes lo ejercen es la habilidad para simular y la capacidad para mentir, tanto al prometer o hacer alusión a sus virtudes y buenas intenciones, como al referirse a los defectos de sus adversarios.

De ahí que casi seguramente Fedro -poeta latino-acertara al aseverar que “en un cambio de gobierno, el pobre rara vez cambia de otra cosa que sea el nombre de su amo”… aunque lo haya dicho hace dos mil años.

jagelias@gmail.com
 

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