Lunes, 25 de Noviembre 2024

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- Patrioterismo

Por: Jaime García Elías

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Pretender reescribir la historia es un ejercicio fútil. Pretender cambiarla, ídem. Tanto lo primero como lo segundo obedecen, de ordinario, a fobias o complejos enfermizos.

Ejemplos de tales manías serían, probablemente, afanes como cambiar los nombres de calles (como Puente de Alvarado) o sitios históricos (como el Árbol de la Noche Triste), remover monumentos (como la estatua de Cristóbal Colón, todo ello en la Ciudad de México) o “exigir” a los actuales gobernantes españoles una disculpa pública por las supuestas atrocidades cometidas por algunos de sus posibles ancestros, hace siglos, en contra de los pobladores originarios del llamado “nuevo continente”.

Eso, o, más recientemente, pronunciarse por “descolonizar la historia”...

-II-

Para calificar tales desplantes, hay, en español, un vocablo a la medida: patrioterismo, definido como “actitud propia del patriotero” (“Que alardea excesiva e inoportunamente de patriotismo”). Nacionalismo ramplón, pues.

Botón de muestra, la complacencia de la doctora, historiadora, investigadora, escritora y esposa del Presidente de la República, Beatriz Gutiérrez Müller, con la decisión de catafixiar la referida estatua de Colón por la de “una mujer indígena”, hipotética y anónima..., y - “ya encarrerado el ratón...”- su “invitación a reflexionar” y a “descolonizar” la historia.

“Descolonizar” -se infiere- significaría borrar de la historia el episodio que hizo célebre al navegante genovés, así como renegar de los 300 años transcurridos desde la caída de la Gran Tenochtitlán hasta la Independencia..., y, sobre todo, del consiguiente fenómeno innegable e irreversible: el nacimiento de una nueva raza: la nuestra.

-III-

Faltaría precisar en qué medida los “grandes conocimientos en arquitectura, astronomía, agricultura, la cultura y las artes” que “florecían” en un continente que, en efecto, “existía y tenía vida propia” antes del 12 de octubre de 1492, desplazaron el legado cultural de los colonizadores. Faltaría puntualizar cómo debería “descolonizarse” lo ya colonizado; como planteaba un forista (Marco Antonio Vidal Estrada) en la versión digital de “El Universal”, “si nos sacarán la sangre; si dejaremos de hablar español; si dejaremos de vestirnos como lo hacemos actualmente y volveremos a usar taparrabo, penacho y huaraches”.

Si con los pueblos originarios hay alguna deuda histórica, ésta no se saldará, ciertamente, quitando o poniendo estatuas... “mientras -como planteaba otro forista- les quitan sus tierras y les destruyen su selva para ‘dar paso al progreso’ con un tren y una refinería, en tanto que mujeres y niños indígenas venden dulces al pie de las estatuas, y los patrioteros que viajan en la suburban ni siquiera voltean a verlos”.

jagelias@gmail.com

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