Aunque las obras de la cacareada Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara se encuentran prácticamente paralizadas, en espera de que el Gobierno federal libere los miles de millones de pesos sin los cuales “la obra del sexenio” anterior seguirá inconclusa por tiempo indefinido, la administración municipal, según dicen, ya toma medidas para rehabilitar plenamente y poner a disposición de vecinos y visitantes, a la brevedad, reconvertida en “Paseo”, la Avenida Alcalde.-II-Cuando el actual gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, anunció “urbi et orbi”, en su calidad de presidente municipal de Guadalajara, la decisión de transformar en “Paseo” la antigua Avenida, en “la nueva Chapultepec”, no quedó claro si lo dijo como promesa… o como amenaza.Sería lo primero si se pensaba en una rúa tranquilizada, peatonalizada, sustancialmente diferente a la especie de autopista por la que circulaban, generando ruido y contaminación a gran escala, la mayoría de las rutas del transporte público de Guadalajara. Y sería lo segundo si se convertía, a imagen y semejanza de su hipotético modelo conceptual, en una nueva cantina de varios kilómetros de longitud, para beneplácito, sí, de quienes identifican felicidad con ingesta de alcohol, y progreso con negocios florecientes... pero para contrariedad, también, de quienes preferirían un entorno apacible para visitantes y moradores.-III-Además de que la autoridad municipal debería encauzar afanes a favor de lo segundo, se creó, adicionalmente, un “Comité Dictaminador” integrado por regidores, funcionarios de la comuna, representantes de la iniciativa privada y de la sociedad civil. Dicho comité -dicen- pretende que la zona, en la que hay iglesias, plazas y museos (aunque éstos puedan contarse con los dedos de una mano y el nombre les quede grande), mantenga “una vocación cultural y familiar”, y evitar la instalación de “giros negros”, entendidos como aquellos en los que se permiten la venta y el consumo de bebidas alcohólicas.La Sociedad Civil, a través de algún organismo surgido a raíz de la iniciativa, ha propuesto ya un programa que contempla la creación de un corredor cultural y gastronómico -librerías, fondas y restaurantes familiares en vez de antros, cantinas, centros botaneros, similares y conexos-, y comprende actividades específicas, en consonancia con la intención de que la zona recupere su dignidad pretérita y no se degrade como ocurre donde el consumo de alcohol propicia abusos y desórdenes, primero, y conductas antisociales, cuando no decididamente delictivas, después.(Como dicen que dijo José Feliciano: “Ya veremos…”).