Serán discutibles, pero son datos duros: el Presidente López Obrador llega al Primer Informe de su administración con 69% de aprobación; algo notable, a decir de los entendidos, considerando la sabiduría del lacónico aforismo: “Gobernar desgasta”. Para corroborar el dato, una encuesta de “El Universal”, difundida ayer, consigna que si ahora mismo debiera decidirse si López Obrador continúa o no en su cargo, 74.1% de los ciudadanos optaría por lo primero.-II-Las encuestas son confiables… según el color del cristal con que se analicen. Quien se hubiera pronunciado en el sentido en que lo hizo la mayoría de los encuestados, la dará por buena; quien lo hubiera hecho a la inversa, la descalificará. Esa es la diferencia entre una encuesta, una consulta o cualquiera de sus variantes, en que participa apenas un sector minoritario, pero representativo de la población -en el caso, según la metodología difundida, mil ciudadanos de 100 puntos de levantamiento “seleccionados sistemáticamente”-, y una elección, plebiscito o referéndum abiertos a todos los potenciales electores.Una encuesta deja abiertas algunas interrogantes. En la aludida, las preguntas implícitas a las que no se da respuesta, serían estas: “Y si la mayoría decide que López Obrador se retire del cargo, ¿qué sucedería?; ¿quién ocuparía la Presidencia, en qué calidad (provisional, interino, sustituto…) y por cuánto tiempo?; ¿habría elecciones extraordinarias para designar democráticamente al sucesor…?”.-III-Es probable que las expresiones de inconformidad con el actual Gobierno, sin ser diferentes en lo esencial, sí sean más notorias que en administraciones anteriores. De hecho, el estilo personal de gobernar (que dijera Don Daniel Cosío Villegas) de López Obrador, lo propicia. “Las mañaneras” casi cotidianas generan reacciones inmediatas, espontáneas, que las redes sociales -inexistentes… o, en el mejor de los casos, incipientes en los sexenios de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, por mencionar los cinco más recientes y que, en todo caso, abarcan tres décadas- difunden, replican, magnifican y eventualmente vuelven “virales”.Lo más probable es que, en vísperas del Primer Informe de López Obrador, pueda concluirse que el país está en el punto medio entre las apreciaciones catastrofistas de que se está cayendo a pedazos -la violencia, el estancamiento de la economía, la falta de inversión...-, y el discurso oficial de que “vamos requetebién”.En pocas palabras, bien que mal, gracias a su Gobierno o a pesar de su Gobierno, México sobrevive… Lo cual, en los tiempos que corren, ya es ganancia.
