Se diría que, al menos en principio, no habría mayor problema para que la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Culura) accediera a la solicitud que ya se le planteó formalmente, de otorgar a la tradicional Romería a Zapopan –que hoy celebrará su enésima edición– el rango de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Si, como se apuntaba en días pasados aquí mismo, ya lo ha hecho con las Fiestas de los Muertos o la ceremonia de Los Voladores de Papantla, entre muchas otras manifestaciones ancestrales mexicanas cargadas de significado, valdría suponer que no habría razones de peso para rechazar esa iniciativa y denegar esa petición.-II-Ahora bien: la Romería incluye dos facetas: la religiosa y la profana. Se supone que en el centro de la misma están, ante todo, la herencia de los ancestros, de invocar a la Virgen de Zapopan como defensora ante epidemias y calamidades, en consonancia con el espíritu de las primeras peregrinaciones en que los tapatíos de entonces acompañaban a la imagen de regreso a su santuario, después de su visita a las iglesias de la ciudad, y, a continuación, el ánimo de manifestar la devoción filial de los tapatíos actuales a la misma.En ese aspecto, vale recordar que cuando el Papa Juan Pablo II visitó Guadalajara, el 30 de enero de 1979, se improvisó, en su honor, una reedición de la Romería. En ella, el Pontífice, en su homilía, hizo un llamado a “la depuración prudente de eventuales formas de religiosidad que presenten elementos menos adecuados”, y a “aprovechar pastoralmente estas ocasiones, acaso esporádicas, del encuentro con almas que no siempre son fieles a todo el programa de una vida cristiana, pero que acuden guiadas por una visión incompleta de la fe”; invitó a los sacerdotes encargados de los santuarios a los que se dirigen las peregrinaciones, “a reflexionar maduramente acerca del gran bien que pueden hacer a los fieles, si saben poner en obra un sistema de evangelización apropiado”; y los instó, finalmente, a no desaprovechar ninguna ocasión “de esclarecer la fe del pueblo, de robustecerla”.-III-Se ha dicho que México es más guadalupano –o “zapopano” en estas latitudes– que cristiano. A casi 40 años de aquel mensaje papal, habría que ponderar hasta dónde consiguieron permear sus palabras.En cuanto a la otra faceta de la Romería, el profano, quede el asunto, con la venia del lector amable, para mañana…