A mes y medio del asesinato del ex gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, la sociedad -parte agraviada de ese crimen- sigue ayuna de noticias que ofrezcan al menos una esperanza de que algún día vaya a saberse la verdad, vaya a cumplirse el compromiso verbal del actual gobernador, Enrique Alfaro -ante los restos y en presencia de los deudos de la víctima y de cara a la sociedad en pleno- de que “se hará justicia” y se aplicará “todo el peso de la ley” a los autores intelectuales y materiales del homicidio más escandaloso -valga la reiteración-, por la prominencia de la víctima, ocurrido en Jalisco en el último cuarto de siglo.-II-La opinión pública alimentaba, ingenuamente quizá, la esperanza de que la difusión de las escenas en que el personal del restaurante bar en que ocurrió el asesinato, se aplicó, con diligencia digna de mejor causa, a limpiar la escena del crimen, permitiera, primero, detener a los autores de semejante disparate, y a continuación, someterlos a interrogatorios que dieran luces acerca de la identidad del o los asesinos. Un indicio de que hubo algún progreso, fue la difusión de las fotografías de dos personas, y la oferta de una jugosa recompensa a quien proporcionara información que permitiera localizarlas.Se imponen preguntar si ha habido respuestas a esa oferta; si se ha identificado a esas personas; si tuvieron, en efecto, participación directa en el crimen; si se sabe si forman parte de algún cartel u organización delictiva, o se trata de sicarios; si se tienen indicios sobre su residencia habitual o dónde pudieran encontrarse actualmente… Cabe preguntar asimismo si hubo algún tipo de complicidad previa entre los autores del crimen y los propietarios, administradores y empleados y trabajadores del restaurante, o si hubo, después del crimen, amenazas o cualquier otro tipo de coacción física o moral para que a toda prisa borraran cualquier vestigio que permitiera a las autoridades realizar sus investigaciones.-III-Es probable que, pese a todo, algo hayan avanzado las autoridades hacia el esclarecimiento del crimen… En todo caso, la premura con que impusieron penas cuasi simbólicas a las doce personas que fueron detenidas por haber alterado la escena del crimen, así como el riguroso sigilo que mantienen, solo deja abiertas dos hipótesis: o, en efecto, están en blanco, como al principio de la historia… o conocen al enemigo y tienen conciencia de que éste es más poderoso que ellas.