Es cuestión de lógica elemental: aun si hubiera pocas personas desaparecidas y muchos investigadores con la encomienda de buscarlas, sería difícil que éstos, por competentes que fueran, tuvieran el éxito deseable. Pero si, por el contrario, sólo en Jalisco se denunció la desaparición de dos mil cien personas de enero de 2018 a diciembre de 2019, y se sabe que la Comisión Estatal de Búsqueda –la dependencia gubernamental encargada de dar seguimiento a dichas denuncias y realizar pesquisas orientadas a la localización de esas personas– dispone de una plantilla integrada por 32 elementos, de los cuales sólo 20 realizan “trabajo de campo”, se desprende que a cada investigador le corresponden, en promedio, 105 carpetas de investigación. Se comprende, por tanto, que en un “foro” sobre la materia realizado la semana pasada, el rector del ITESO, Luis Arriaga Valenzuela, deplorara que los presuntos detectives “trabajan desde los escritorios”… Y se aceptará, en conclusión, que las posibilidades de encontrar a un porcentaje significativo de personas desaparecidas, son prácticamente nulas.-II-En el mismo foro se indicó que mecanismos como Alerta Amber y Protocolo Alba, que permiten difundir en medios de comunicación y redes sociales datos sobre personas desaparecidas (nombre, fotografía, señas particulares, indumentaria, lugar y circunstancias adicionales referentes a su desaparición...), ha sido posible localizar “a más de tres mil 200 personas”.Faltaría puntualizar a qué periodo corresponden tales localizaciones. Faltaría establecer cuántas de esas localizaciones estuvieron precedidas por denuncias formales por desaparición presentadas ante las autoridades. Faltaría precisar asimismo el porcentaje de cadáveres encontrados en la vía pública o en fosas clandestinas —e identificados, obviamente—, correspondientes a reportes previos por desaparición. Faltaría saber cuántas personas reportadas desaparecen por su propia iniciativa, por qué motivos y con qué intenciones, y si el desenlace —supondremos que feliz en la mayoría de estos últimos casos— se incorpora a la referida “carpeta de investigación”, para considerar la posibilidad de que se den situaciones análogas en episodios similares.-III-La titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana Osuna, lamentó que tanto dicha comisión como las estatales correspondientes, “carezcan de atribuciones legales para realizar tareas de investigación”. Algo que podría subsanarse con relativa facilidad —se supone que para eso están los diputados—… a condición de que se demostrara que también disponen de personal, capacitación, herramientas técnicas, recursos económicos y la estrategia operativa adecuada para ello. (Algo que, en este bendito país, sólo se ve en las películas del Agente 007).