Jueves, 10 de Octubre 2024

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- Criterio aldeano

Por: Jaime García Elías

- Criterio aldeano

- Criterio aldeano

El tema está más visto que las películas de Cantinflas en la televisión: se trata de las propuestas (y promesas, que acaban por ser lo mismo: palabras que a la postre se lleva el viento) de los candidatos a las presidencias de los 10 municipios que conforman la Zona Metropolitana de Guadalajara…


-II-


Desde que el otrora Rancho Grande -como lo llamaban despectivamente “los capitalinos”- devoró a los pueblos que lo rodeaban, para los habitantes de la creciente mancha urbana quedó claro que la “metropolización” sería un fenómeno inevitable…

Sin embargo, no sucedió lo mismo para sus gobernantes. Éstos, salvo excepciones, prefirieron aferrarse a sus cotos de poder. Incapaces de digerir las implicaciones de conceptos como “metrópoli” o “Zona Metropolitana” y de aceptar la interdependencia de sus intereses, optaron por refugiarse, por elemental miopía política, en la tradición aldeana. No les daban las entendederas para comprender que aunque los moradores de Tlaquepaque, Zapopan, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos, Zapotlanejo y Acatlán de Juárez (“más lo que se acumule esta semana…”) siguieran vinculados a sus pueblos, sus raíces, sus vecinos, su historia, sus costumbres y tradiciones, todos, a quererlo o no, vivían en la misma ciudad: Guadalajara.

Ocasionalmente, los candidatos a alcaldes de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá hicieron compromisos verbales para unificar esfuerzos -“si el voto popular los favorecía”- orientados a resolver  (o paliar, al menos) serios problemas urbanísticos; por ejemplo, la contaminación en la zona de “Las Pintas” o el canal (a cielo abierto) de Atemajac. Ha habido asimismo intentonas de “intermunicipalizar” servicios públicos como la seguridad, el suministro del agua o la recolección y manejo de la basura.


-III-


La historia (y el discurso) tienden a repetirse. Casi todos los candidatos a encabezar la decena de municipios que conforman el amasijo urbano en que Guadalajara se ha convertido -los de Zapopan y la propia Guadalajara, sobre todo-, ofrecen procurar su ordenamiento. Clara señal de que coinciden en el diagnóstico de que la anarquía, el caos y el desgarriate -el desorden, en una palabra- se ha convertido en su marca distintiva, y en que solo uniendo voluntades es factible ir resolviendo, de uno en uno, sus problemas.

Así debería de ser. Así sería, de hecho…, si hubiera los cinco centavos de inteligencia (y otros tantos de voluntad) necesarios para que quienes aspiran a gobernar entendieran que, quiéranlo o no, es más lo que los debiera unirlos que lo que los divide.

jagelias@gmail.com

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