Viernes, 29 de Noviembre 2024

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- ¿Ciudad amable…?

Por: Jaime García Elías

- ¿Ciudad amable…?

- ¿Ciudad amable…?

Así, como no queriendo, como la inevitable piedrita en los frijoles, entre las notas alusivas a la celebración del 476 aniversario de la fundación de Guadalajara, se colaron algunas informaciones  sobre hechos que hubiera sido preferible que no hubieran ocurrido. Quizá fueron más, pero dos sobresalieron, como muestras de que si Guadalajara, por años,  se colgó la etiqueta de “Ciudad Amable” para tomarse “selfies” y vender “urbi et orbi” esa imagen, en el presente habría que añadirle, en honor a la verdad, una apostilla: “Ma non troppo” (pero no demasiado)…

-II-

En la sección policíaca los medios darán el pormenor de los inevitables episodios que alimentan el dato estadístico de que en lo poco que va del año va un promedio diario de 3.5 personas asesinadas en Jalisco, la mayoría de las cuales en la Zona Metropolitana de la capital. Aunque hubo días en que esas cifras se dispararon  (los días 3 y 4 se registraron 20 homicidios en Tonalá, Tlaquepaque y Tlajomulco, y el día 8 hubo seis crímenes en Tlaquepaque), las mismas concuerdan con el registro global del año pasado: mil 369 asesinatos, para un promedio de 3.75 al día.

Ese es un hecho. El otro: la escultura “Alegoría de la Reforma”, en la Plaza Juárez, según reportes de personal de Mantenimiento Urbano del Ayuntamiento, fue arteramente vandalizada.

-III-

No se trata, en ningún caso, de hechos aislados. Los crímenes son habituales, cotidianos, sistemáticos. Y lo más grave: impunes en la gran mayoría de los casos. La salida recurrente de la “h.” Autoridad es que se trata de “ajustes de cuentas entre bandas del crimen organizado”, con lo que se sobreentiende que la susodicha se lava las manos.

En cuanto al vandalismo, difícilmente hay en Guadalajara (y anexas) edificio o monumento público que no haya sido dañado deliberadamente. A veces, a manera de pretexto, se esgrimen “razones (?) ideológicas”; verbigracia, el caso de “Sincretismo”, la escultura instalada por el Ayuntamiento en el camellón de la Avenida Federalismo. La regla, empero, es que los daños se perpetran para robar el metal (uno de los “niños meones” de la Plaza Tapatía)… o simplemente –como dijera el clásico— “nomás por fregar”.

La mejor manera de festejar el aniversario de la ciudad sería dejar constancia del aprecio y el respeto que se le tiene… y de que la limpieza y el decoro de la misma son fiel reflejo de la limpieza y el decoro de sus moradores.

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