Lo mismo si se inaugura en abril, como anunciaron las autoridades federales, que si el portento se aplaza para junio, como señalaron “otras fuentes”, el caso es que la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara comenzará a funcionar este año. Lo que implica, por una parte, el buen deseo de que si no solucionan de manera significativa los graves problemas de movilidad que aquejan a la casi totalidad de los más de cinco millones de habitantes de la mancha urbana de Guadalajara, sí, al menos, alivie las penurias, en esa materia, de los alrededor de 250 mil afortunados que lo utilizarán todos los días para desplazarse; por la otra…, ciertos temores.-II-Mire usted…La noticia de que está por cumplirse (con dos años de retraso, pero en fin: dicen que más se perdió en el diluvio) la promesa de que Guadalajara dará, por fin, un paso al frente en un tema en que arrastra un rezago de varias décadas, fue tema para la acostumbrada entrevista colectiva dominical del cardenal arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.Su predecesor, Juan Sandoval Íñiguez, objetó, en su momento -con la estridencia que lo caracterizaba-, la idea de trazar parte de la ruta de la Línea 3 justo bajo las avenidas Alcalde-16 de Septiembre. Las afectaciones que acusaron algunas construcciones, pero principalmente las iglesias ubicadas en el trayecto (el Santuario de Guadalupe, San José de Gracia, Catedral, el Sagrario Metropolitano, Aránzazu y San Francisco de Asís), le dieron, en principio, la razón.Menos belicoso, más conciliador, Robles Ortega ha hecho comentarios alusivos a las medidas remediales dispuestas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), principalmente, y aplicadas por las empresas encargadas de construir “la obra del sexenio” (pasado). El prelado señaló que se practicó “un reforzamiento” en la parte frontal de la Catedral, “para amortiguar la vibración” de los convoyes que circularán a 30 metros de profundidad… “pero como (el tren) todavía no comienza a funcionar, no sabemos…”.-III-El tiempo transcurrido desde que el templo de San Francisco fue cerrado al culto, por considerar que los daños que sufrió fueron algo más que superficiales, hasta la fecha, alimentan los temores de que, desoyendo la conseja de “a Dios rogando y con el mazo dando”, la obra se puso en manos del Creador desde sus inicios -medida que nada tiene de censurable, ciertamente-… pero quizá menos de lo conveniente en manos de los expertos.