El Besamanos, La Danza de los Millones, El Día del Presidente, eran algunas de las denominaciones que la vox populi -identificada por algún blasfemo como vox Dei- asignaba a la ceremonia que cada primero de septiembre se obligaba a tragar a los mexicanos.La lectura del Informe, que de ordinario consumía varias horas, era una interminable e indigesta danza de cifras. El “mensaje político” que intentaba condensar lo realizado en el ejercicio anual presentado a “la soberanía nacional”, era similar, en el fondo, al del discurso de ayer en Palacio Nacional: “Misión cumplida”.-II-Como en los mejores tiempos del hoy por hoy satanizado neoliberalismo y de los regímenes dizque “continuadores de las luchas sociales emanadas de la Revolución Mexicana”, el reunido ayer para presenciar en vivo y en directo al alumbramiento del “documento histórico” que vio la luz, fue un público a modo...No hubo presencias indeseables, como las de los protagonistas de las “interpelaciones” de los tiempos de De la Madrid, Salinas y Fox -que hubieran podido calificarse de folkóricas, pintorescas, anecdóticas y hasta simpáticas si no hubiesen sido insolencias ofensivas para la investidura presidencial, para las instituciones republicanas y para la supuesta “representación popular” que encarnaban sus autores.Hubo, en cambio, paniaguados incapaces de ruborizarse al escuchar que actualmente “no se tolera la corrupción ni se permite la impunidad”, cuando tantos hechos y cifras escandalosas proclaman precisamente lo contrario. Hubo comparsas predispuestos a aplaudir el “record histórico” de las remesas de los migrantes, que debería ser, en rigor, motivo de oprobio. (“A los mexicanos se nos cayó la cara de vergüenza cuando el ex presidente Vicente Fox declaró [...] que era motivo de orgullo que las remesas de nuestros migrantes enviadas de Estados Unidos fueran la segunda fuente de ingresos en nuestro país. Lo que muchos consideramos un fracaso, para él era motivo de regocijo”, según escribió León Krauze, tomando ese texto del epílogo del libro “Oye, Trump”... de Andrés Manuel López Obrador). Hubo lambiscones que celebraron y aun aplaudieron la (inevitable, en el caso) bravata en el discurso: “Lo que acabo de describir -bocetos para el retrato de ‘el mejor de los mundos posibles’- es como para decirles a los tecnócratas neoliberales (a los que vomita continuamente, venga o no al caso): ‘Tengan, para que aprendan’...”. -III- Colofón: Sin la menor intención de molestar, ¿no sería pertinente que el más recalcitrante adalid del respeto a la dignidad de la investidura presidencial, predicara con el ejemplo...?jagelias@gmail.com