Antaño, pasaba como chiste:-¿Religión…?-Ateo… gracias a Dios.Actualmente, 10 millones 211 mil 52 mexicanos, según el Censo de Población y Vivienda del 2020, dicen no tener una religión. Se trata del 8.1% de la población del país: casi el doble de 2010, cuando ese porcentaje era de 4.7%. Adicionalmente, 3 millones 103 mil 464 personas dijeron ser creyentes, aunque sin identificarse con ninguna religión. En números absolutos, en 2020 había más católicos (97 millones 864 mil 218) que en 2010 (92 millones 924 mil 489). En números relativos, empero, el porcentaje disminuyó: de 82.7% en 2010, a 77.7% en 2020. México tiene el porcentaje más alto de catolicismo entre los 11 países más poblados del mundo; en números absolutos sólo es rebasado por Brasil.-II-¿Cómo explicar ese fenómeno? La jerarquía de la Iglesia Católica admite (Semanario “Desde la Fe”, Editorial, I-31-21) que en México “prevalece una práctica religiosa sincera pero insuficiente, apoyada más en las tradiciones que en (…) una convicción que vaya más allá de la mera costumbre y que tenga elementos formativos profundos”. Además está “el testimonio”. “Como Iglesia católica -reconoce-, y especialmente como ministros consagrados, hemos fallado en nuestro servicio a los demás y al Evangelio. Si bien hay ejemplos luminosos como la Madre Teresa de Calcuta y miles de hombres y mujeres al servicio de sus hermanos, especialmente de los más pobres, también ha habido algunos personajes que han causado escándalo por sus malas acciones y la contradicción de sus vidas”.-III-El texto señala, por otra parte, que “la sociedad mexicana avanza rápidamente en el terreno del secularismo, tal como sucede (…) sobre todo en los países más desarrollados, donde junto al bienestar económico y el progreso de la ciencia y tecnología, crece la indiferencia religiosa”.El secularismo, que vincula las decisiones y actividades humanas a lo que se consideran pruebas y hechos antes que a creencias religiosas, satanizado en sus orígenes, ha merecido expresiones respetuosas incluso de religiosos tan calificados como el que fuera obispo de Milán (y “papable” más de una vez), Carlo María Martini, quien escribió (“¿En qué Creen los que no Creen?” [Ed. Taurus, 1997], en coautoría con Umberto Eco) que “existen no pocas personas que actúan de manera recta, en las circunstancias ordinarias de la vida, sin hacer referencia a un fundamento religioso de la existencia humana”.(Más sobre el tema, con la venia del lector amable, mañana en este espacio).