No es amnesia; es olvido selectivo, que es muy diferente…La entonces incipiente pandemia fue pretexto, el año pasado, para suspender las conmemoraciones públicas correspondientes al vigésimo octavo aniversario de las explosiones del 22 de abril de 1992 en el Sector Reforma de Guadalajara. Lo mismo sucedió ayer. Colectivos y víctimas de aquel episodio, calificado en su tiempo como “un parteaguas en la historia” de la ciudad y “una herida indeleble en la memoria de sus habitantes”, se reunieron para replantear sus demandas, y “exigir” al Congreso del Estado -según la nota de EL INFORMADOR- “la instalación de la Comisión de la Verdad para esclarecer los hechos, dar justicia y conocer la verdad”.-II-Con todo el respeto que merecen el dolor y la justa indignación de las víctimas y de quienes han hecho causa común con ellas, la reformulación de sus demandas parece condenada al limbo. Primero, porque “esclarecer los hechos” implica pasar por encima tanto de los discursos -torrentes de palabras que el viento se llevó- como de los expedientes jurídicos -toneladas de papel que hoy son basura- amontonados sobre los hechos, con la deliberada intención de evitar que se hicieran públicos los mecanismos delincuenciales y de corrupción (antecedentes del “huachicoleo” aún vigente) en torno a Pemex. Segundo, porque “dar justicia” significa aplicar todo el peso de la ley tanto a los responsables del probable robo de ingentes cantidades de gasolina, su ocultamiento en el drenaje, las explosiones de los colectores, la destrucción de calles, casas y negocios, las lesiones -muchas de ellas incurables- y la muerte de cientos de personas, como a las autoridades que ostensiblemente incurrieron en omisiones tipificables como negligencia criminal. Significa, también, endosar a los responsables la obligación de reparar los daños. Tercero, “conocer la verdad”, cuando tanta agua ha pasado bajo el puente, es tan difícil, tan ilusorio -y tan inútil, sobre todo- como insistir, a propósito de los sucesos del ‘68 en Tlatelolco, en que “Dos de Octubre no se olvida”.-III-Además, “exigir” (por definición, “Pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho”), como expresan las víctimas y quienes se solidarizan con ellas, que el Congreso del Estado tome medidas orientadas a reabrir un caso cerrado, omite considerar que quizá muchos de los delitos ya prescribieron… y que muchos de los culpables -que los hubo, necesariamente, aunque tanto las acciones de unos como las omisiones de otros quedaron cubiertas por el manto de la impunidad- ya murieron.Así que…jagelias@gmail.com