A propósito del socavón que se abrió -por segunda vez, dicho sea de paso- en el ahora pomposamente denominado “Paseo Alcalde”, frente a la “Casa de los Perros”, vale decir que, después de todo, “nada es perfecto”…Para probarlo, un ejemplo: en el Eurotúnel, de 50 kilómetros de longitud (poco menos que los 55 de la recta en la Autopista Guadalajara-Ciudad Guzmán, en el tramo conocido como “La Laguna de Sayula”), que comunica a Francia con Inglaterra bajo el Canal de La Mancha, en operación desde 1994, cuatro accidentes han obligado a suspender, a veces por horas, una vez durante tres meses, su funcionamiento. En todos los casos, se ha tratado de incendios del tren que lo circula, o de camiones a bordo del mismo. En ningún caso, pues, los incidentes han sido imputables a deficiencias en la construcción del túnel, con toda justicia considerado una obra maestra de la ingeniería.Cuando se anunció, hace cinco años, que en Guadalajara se construiría la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano, y la ruta incluiría un túnel de cuatro kilómetros que cruzaría el Centro de la ciudad -desde la Normal hasta la Plaza de la Bandera-, bajo construcciones (la Catedral, por ejemplo) varias veces centenarias, se informó que en el mismo se aplicaría una tecnología constructiva similar a la empleada en el Metro de Barcelona, por debajo de “La Sagrada Familia”, de peso y dimensiones mucho mayores que la catedral tapatía. Las estadísticas oficiales sostienen que únicamente el 2.8% de las 342 fincas bajo las que pasó el túnel, acusan “fisuras estéticas, que no representan daño estructural”; entre ellas estarían cinco casas-habitación, la iglesia de San Francisco de Asís y la citada “Casa de los Perros”.Sin embargo, la aparición -reiterativa- del socavón, sugiere que cuando se proyectó la obra probablemente se dejaron algunos hilos sueltos; que no se pensó en todo; que quizá se pasó por alto la antigüedad, eventual obsolescencia y desperfectos mal resueltos en las tuberías de agua potable y drenaje del Centro de Guadalajara; que posiblemente -como apuntó el ingeniero Sergio Carmona Ruvalcaba, secretario estatal de Desarrollo Urbano en la administración antepasada- tampoco se consideró que al drenarse los mantos freáticos abatidos “de manera descontrolada”, se generaron oquedades que naturalmente tienden a crecer.En México -felizmente- abundan los ejemplos de que, cuando se quiere, las cosas se pueden hacer bien. Por desgracia, esa regla tiene muchas más excepciones de las deseables…